«Todavía no nos llamaron; sabemos que vamos mañana (por hoy) pero no a qué hora». El titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), Héctor Méndez, hasta última hora de anoche decía no haber recibido la citación del Ministerio de Trabajo para empezar a discutir la convocatoria al Consejo del Salario Mínimo. De todos modos, de concretarse, la charla de hoy será poco menos que un escarceo preliminar: se sabe que mañana al mediodía la Junta Directiva de la central fabril fijará posición respecto de la polémica iniciativa oficial.
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Sin embargo, las charlas informales comenzarían hoy mismo, en el marco de un almuerzo que todos los años organiza la Sociedad Rural (SRA) con los presidentes de las principales centrales empresariales en el marco de la muestra del agro.
«No hay temario ni está pensado hablar del Consejo del Salario; es un encuentro que organizamos en cada exposición todos los años. Desde ya, en una mesa con diez dirigentes empresarios es inevitable pensar que se hablará de temas de la coyuntura, pero no está establecido», dijo a este diario Luciano Miguens, presidente de la SRA. A la convocatoria -además de Miguens y Méndez- concurrirían Carlos de la Vega (Cámara Argentina de Comercio), Carlos Enrique Wagner (de la Construcción) y Horacio Fargosi, presidente de la Bolsa de Comercio. En sentido inverso, se «bajó» (no estaría en Buenos Aires) Jorge Brito, titular de ADEBA; tampoco concurrirá Mario Llambías, presidente de las Confederaciones Rurales Argentinas (CRA). Sucede que esa entidad, en el marco del paro del campo, hará hoy una marcha de cuya organización deberá tomar parte su máximo dirigente.
Todas estas conversaciones y preliminares deberían comenzar a volcarse el jueves próximo, día en el que está previsto comience a funcionar el Consejo. La misión de este organismo trilateral (gobierno, sindicatos, empresarios) será elevar el actual mínimo de $ 630. Los gremios, encabezados por el camionero Hugo Moyano, ya hicieron saber que pedirán $ 859,95; del otro lado del mostrador, la oferta es «ni un centavo por encima de 19%, que es la pauta fijada por el propio gobierno para toda suba salarial». De aplicarseese porcentaje, como máximo (valga la paradoja) el mínimo treparía a $ 754,11. El guarismo que esgrime Moyano, cabe recordarlo, se corresponde al límite de la «línea de pobreza».
Algunas versiones indican que el gobierno se «plantaría» en la mitad de esa cifra, $ 800, con lo que no lograría hacer feliz a ninguno de los dos sectores. Pero la posición casi uniforme que llevarán los empresarios es que «si nos obligan a subir el mínimo más de 19%, y eso a su vez provoca una suba generalizada de todas las escalas salariales, los acuerdos de precios se convertirán necesariamente en letra muerta».
Sin llegar a ese extremo, Miguens dice que «el campo está atravesando una situación difícil,con precios controlados, altas retenciones, imposibilidad de exportar... Y además, cada economía regional es diferente a las demás. Hay una tendencia a creer que todo es soja y pampa húmeda, pero no es la realidad».
Esfuerzo
El propio Méndez coincide: «Nuestra posición es elevar el mínimo 19%, y no creo que eso pueda modificarse. De lo contrario, habría aumentos de precios y el gobierno ha hecho -y provocó de parte del empresariado- un gran esfuerzo que sería una pena tirar por la borda». De todos modos, el dirigente descarta la posibilidad de que un incremento mayor obligue a retocar todas las escalas.
La pelea, entonces, daría comienzo de manera formal hoy en el despacho del ministro Carlos Tomada; además de Méndez, el titular de la cartera laboral citaría para que concurran en horas de la tarde a De la Vega y a Wagner. La última vez que se habían visto las caras gobierno, sindicatos y empresarios en el Consejo fue en junio del año pasado, ocasión en la que se fijó en los actuales $ 630 el salario mínimo. Desde entonces, la CGT reclamó varias veces una nueva convocatoria, hasta ahora de manera infructuosa.
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