En horas decisivas de la negociación con el Fondo Monetario Internacional, Ámbito conversó con Miguel Kiguel, director de la consultora Econviews y exsecretario de Finanzas. El economista consideró que tanto el FMI como la Argentina están interesados en llegar a un acuerdo, aunque aclaró que el país “tiene más para perder que el Fondo”. Para Kiguel, el plano fiscal no es el principal escollo, sino que el problema está en la acumulación de reservas: “Los candidatos a ser modificados son el tipo de cambio y la tasa de interés”. Además, consideró que “si hacen las cosas bien”, los dólares paralelos “pueden bajar muy rápido”.
Miguel Kiguel: "Será necesario un ajuste cambiario y de la tasa"
En diálogo con Ámbito, el economista analizó el escenario macro de cara al acuerdo con el Fondo. Considera que es factible un acuerdo en lo fiscal, pero señala que el gran problema es la necesidad de acumular reservas. Crecimiento e inflación: ¿Qué espera para 2022?
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Periodista: ¿Qué expectativa tiene sobre el desenlace de la negociación con el FMI?
Miguel Kiguel: Yo creo que a ambos les interesa muchísimo que haya un acuerdo. Por un lado, al Fondo porque argentina es el principal deudor y, además, históricamente ha tratado de mantener buena relación con los países deudores. Aunque sea difícil llegar a acuerdos, trata de hacerlo. Por otro lado, a la Argentina también porque realmente creo que no arreglar con el Fondo implicaría consecuencias financieras y económicas importantes. Tanto en términos de costo, como tener que pagar una penalidad al Club de Paris, que serían unos u$s800 millones extra por el acuerdo que hizo en su momento con (Axel) Kicillof, que si Argentina entraba en default había que pagar intereses resarcitorios. Aparte va a implicar que se corten fondos del BID, Banco Mundial y de todas las agencias de créditos oficiales que son las que garantizan créditos para inversiones. Además, claramente el clima de inversiones se deterioraría mucho, con lo cual nuestro país tiene más para perder que el Fondo, pero en última instancia es una negociación que va a seguir y va a ser difícil hasta el último minuto.
P.: ¿Cree que el Fondo convalide la propuesta del Gobierno de buscar un acuerdo sin ajuste y que el déficit se reduzca en base al crecimiento?
M.K.: Creo que es posible un acuerdo en los números del déficit. Vamos a diferenciar ajuste de déficit fiscal. Primero, Argentina tiene diferencias en cuanto a la velocidad de ajuste del déficit fiscal. Por lo que entiendo, el Fondo pedía que el equilibrio sea para el 2025 y la Argentina para 2027, pero yo creo que, en los números fiscales, la diferencia no es tan grande y que alguna solución de compromiso se puede buscar. Probablemente no es lo mejor, pero pensando en algún impuesto nuevo o alguna baja del gasto, que el gobierno no quiere hacer por ahora, se buscará alguna forma de equilibrio que garantice un acuerdo. Quizá le da la derecha a la Argentina al principio con el crecimiento, pero si no crece tendrán que buscar alguna otra forma de lograrlo. Pero probablemente en este punto se va a acordar.
Por otro lado, ajuste no solamente es reducción del déficit fiscal, es más complejo, es buscar un mecanismo para aumentar reservas, bajar subsidios. Este punto no lo veo tan fácil porque lo que hizo el gobierno el año pasado fue básicamente aumentar la dimensión del problema, al no devaluar como la inflación. Si el tipo de cambio estaba bien al final del 2020, no estaba bien a finales del 2021. Entonces eso va a generar problemas, y lo que vemos es que día tras día el BCRA sigue vendiendo reservas. Ese problema no tiene que ver con el déficit fiscal, sino con temas cambiarios y de la brecha, que no son fáciles de resolver sin algún tipo de ajuste. Hay muy pocas reservas y, si se le hace el pago al FMI de esta semana, van a ser aún más chicas. Hasta ahora la estrategia del gobierno para que aumenten las reservas no está saliendo, y los candidatos a ser modificados son el tipo de cambio y la tasa de interés.
P.: ¿Considera que un acuerdo con el FMI en los términos que se menciona podría ayudar a estabilizar las variables macroeconómicas?
M.K.: Yo creo que si es un acuerdo integral con una política macroeconómica consistente, puede ser un punto importante para mejorar las variables. Principalmente, aquellas que están subiendo, que empiecen a bajar, como el riesgo país y la brecha cambiaria. Pero es un proceso, no algo que va a pasar de un día para el otro. Sobre todo, el acuerdo implicaría estar monitoreando cada tres meses los resultados. Y si no se cumple, se van a hacer revisiones en el programa. Eso de alguna forma va a ayudar y debería dar más previsibilidad a la economía argentina.
P.: Además de lo fiscal, uno de los focos de discusión en la negociación fue el ritmo de crecimiento y de acumulación de reservas. Con el nuevo contexto internacional, ¿cuánto podría crecer Argentina en 2022 si quiere empezar a recuperar divisas?
M.K.: El contexto externo tiene varias facetas, las cuales pueden favorecer al crecimiento argentino. Uno es el precio de los commodities que siguen dando muy bien, el hecho de que la soja este a u$s530 la tonelada es una buena noticia, ya que hace un tiempo estaba alrededor de u$s460. El otro es el crecimiento mundial que parece que viene muy bien. En este sentido, la Argentina tiene oportunidad de crecer. También va a depender mucho del impacto que pueda tener un no acuerdo, que sería negativo para el crecimiento, o un acuerdo que implique ajuste, que puede reducir el crecimiento durante un trimestre. Desde la consultora, Econviews proyectamos un crecimiento para la economía arriba del 3% para 2022.
P.: ¿Qué medidas pueden tomarse para achicar la brecha?
M.K.: Un tema clave es la confianza, ya que la brecha argentina tiene un tema de desconfianza. Subió mucho, después cayó y después volvió a subir. El hecho de que haya confianza en la política económica es importante. En segundo lugar, la política monetaria. Cuando sobran pesos, se van al dólar. En diciembre se emitió mucha plata, y en enero sobran pesos y si el Central no los absorbe eso va al tipo de cambio. En tercer lugar, está la variable de la tasa de interés. En 2020 el contado con liquidación había llegado a $200, después bajo al $140, y eso fue gracias a la suba de la tasa de interés, que subió del 18% al 32%. Otro factor importante es que empiecen a subir las reservas, porque si siguen bajando, los ahorristas se refugian en el dólar, con un miedo razonable, porque cuando un país se queda sin reservas no tiene espalda para defender el tipo de cambio.
P.: ¿Considera que el dólar está barato o caro?
M.K.: El oficial se atrasó durante el año pasado con la política de atrasar el tipo de cambio. La devaluación fue del 22% y la inflación fue del 51%. Si los precios suben mucho más que el tipo de cambio, genera atraso cambiario y en algún momento hay que recuperarlo. Por otro lado, los paralelos están a niveles muy altos, que se vieron sólo en la crisis de 2001, cuando el país estaba en default, crisis bancaria y una situación realmente caótica, por lo que es difícil entender por qué está a niveles tan altos, pero lo está. Lo bueno es que significa que, si hacen las cosas bien, puede bajar muy rápido.
P.: ¿Qué inflación proyecta para 2022?
M.K.: Va a depender mucho de qué pase con el tipo de cambio y las tarifas, porque probablemente recuperen algo del terreno perdido. Pero proyectamos desde la consultora una inflación en el orden del 58%.
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