20 de octubre 2008 - 00:00

Furor por el dólar: ahorristas olvidan el corralito y aumentan u$s 450 M depósitos

Que el dólar es el refugio predilecto de los argentinos no es novedad. Pero sí lo es que de manera creciente tanto el público como las empresas opten por efectuar depósitos bancarios en esa moneda. Ya en setiembre se produjo un alto incremento, pero sobre todo en octubre se registra el aumento más importante desde la salida de la convertibilidad. Ya hay más de u$s 8.000 millones de depósitos en moneda extranjera en bancos, y en los últimos 10 días la cifra se incrementó en más de u$s 450 millones. Esto ayudó a compensar parcialmente la salida de depósitos en pesos que se produjo con el agravamiento de la crisis financiera internacional. Con listas de espera en bancos para abrir cajas de seguridad y el miedo a dejar efectivo en los hogares por la ola de asaltos, son cada vez más los que optan por efectuar un depósito. En este caso, el miedo a una nueva pesificación o "corralito" quedó atrás. Las tasas de interés que se ofrecen no son claramente un incentivo: no llegan a 2% anual. Para aprovechar este caudal de dólares que entra en los bancos, el Central resolvió, a fines de la semana pasada, reducir los encajes para que haya una masa más grande de divisas para prestar, sobre todo a las empresas vinculadas al comercio exterior.

Furor por el dólar: ahorristas olvidan el corralito y aumentan u$s 450 M depósitos
Los depósitos en dólares en el sistema financiero crecieron casi u$s 450 millonesen los diez primeros días de octubre. Todo indica que este mes será un récord en el crecimiento de este tipo de colocaciones desde que la Argentina abandonó el régimen de convertibilidad, hace ya casi siete años.

El público y las empresas optaron por posicionarse en dólares, lo que llevó a que en los bancos ya ascienden a u$s 8.000 millones los depósitos en esa moneda, que suben a u$s 9.000 millones si se toman en cuenta también los depósitos del sector público. La desconfianza que aún puede existir tras la pesificación de depósitos definida en 2002 cedió al menos parcialmente ante la necesidad de buscar un refugio. Pesa en esta decisión la lista de espera en las cajas de seguridad (donde habría más de u$s 30.000 millones en billetes atesorados), sumada a los temores de guardar billetes en el colchón por posibles robos. La tasa de interés de un plazo fijo en dólares oscila entre 1% y 2%.

En este contexto, muchos inversores optaronpor mantener los dólares en cajas de ahorro o plazos fijos. Ya en setiembre, el incremento de este tipo de colocaciones se había acercado a los u$s 500 millones, pero con una crisis internacional más aguda, el público y las empresas optaron por pasarse a dólares.

El mayor flujo de divisas a los bancos explica por qué el Central decidió la liberación de encajes por u$s 1.000 millones el último jueves. De esta forma, los bancos podrán aprovechar estos nuevos recursos para prestarles a las empresas vinculadas al comercio exterior, que demandan préstamos en moneda extranjera.

Incluso esta propensión a colocarse en moneda extranjera sirvió para compensar parcialmente la incipiente salida de depósitos en pesos. En los ocho primeros días hábiles del mes, los plazos fijos en moneda local cayeron $ 800 millones y los depósitos en cuenta corriente, $ 1.900 millones. Pero los nominados en dólares subieron el equivalente a $ 1.400 millones, lo que amortiguó el saldo de la salida.

  • Apreciación

    Entre los factores que llevaron a los inversores a resguardarse más en dólares está la apreciación de esta moneda contra el euro (en general, contra todas las divisas del mundo) y también la percepción de que la devaluación del peso podría acelerarse.

    De hecho, el viernes 10 de octubre, cuando la cotización saltó a $ 3,27, el Banco Central se vio obligado a vender u$s 357 millones, la cifra más alta desde que se agudizó la crisis financiera internacional. Ello explica por qué la entidad que preside Martín Redrado optó por bajar la cotización y mantenerla en $ 3,23 prácticamente durante toda la semana pasada. Está claro que cualquier salto brusco del dólar genera una fuerte corrida que sólo puede ser controlada con grandes ventas de la autoridad monetaria.

    Por otra parte, la venta de reservas del Central es parcialmente compensada con préstamos de corto plazo del Banco de Basilea. De hecho, en los primeros días del mes las ventas de divisas por parte del BCRA llegaron u$s 1.200 millones, más otros u$s 166 millones por la caída del euro. Pero las reservas sólo disminuyeron u$s 543 millones, con lo que más de la mitad de la caída fue compensada por préstamos de la institución internacional.

    Desde mediados de año hasta ahora, el Banco de Basilea ya habría aportado entre u$s
    2.500 y u$s 3.000 millones para disimular la caída de reservas del Central.
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