La CGT responsabilizó al Fondo Monetario Internacional (FMI) por el volumen de “endeudamiento desproporcionado e instustentable” que le concedió a la Argentina en la gestión de Mauricio Macri y le exigió una renegociación “realista y flexible”. Lo hizo ayer en el encuentro más cargado de reproches y advertencias que la “mesa chica” de la central sindical mantuvo hasta ahora con la misión del organismo, que en cada arribo a la Argentina visita la organización. El tono admonitorio del documento que hicieron público los gremialistas, infrecuente de este tipo de cumbres, tuvo su origen en el entrenamiento exprés de la dirigencia un día antes con Sergio Chodos, el funcionario clave de la Argentina para el manejo de su endeudamiento internacional.
Guionada por el Gobierno, la CGT culpó al FMI por la deuda y le exigió ser "realista y flexible"
La "mesa chica" de la central recibió a la misión del organismo y apoyó la renegociación que encara el equipo de Alberto Fernández.
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De paso, la conducción de la CGT rechazó cualquier eventual propuesta de reforma laboral, previsional o del Estado con supresión de empleados públicos de las que figuran en la agenda permanente del Fondo, apoyó explícitamente las gestiones de la administración de Alberto Fernández para la rediscusión de los créditos externos y detalló ante sus interlocutores un panorama sombrío de crecimiento de la pobreza, la indigencia y el desempleo como consecuencia de la pandemia del coronavirus que amerita por parte del Gobierno, dijeron, centrar en esos ejes la atención.
La reunión se desarrolló de modo presencial en la sede del gremio de obreros de la construcción (Uocra), una suerte de Cancillería de la CGT. Allí estuvieron el cosecretario general de la central Héctor Daer, el anfitrión y coordinador de relaciones internacionales, Gerardo Martínez, el estatal Andrés Rodríguez (UPCN) y el metalúrgico Antonio Caló. Como invitado asistió Esteban “Gringo” Castro, líder de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), la confederación de organizaciones sociales que aglutinó, entre otras, a las del denominado “triunvirato de San Cayetano”. La comitiva del FMI estuvo encabezada por Julie Kozack, directora adjunta del Departamento para el Hemisferio Occidental, en compañía de Luis Cubeddu, jefe de la misión para la Argentina, y Trevor Alleyne, responsable de la oficina local.
En el documento difundido incluso cuando el encuentro no había terminado la CGT señala que “la actual situación de endeudamiento desproporcionado e insustentable, consecuencia de la gestión gubernamental encabezada por el expresidente Mauricio Macri, no resulta ajena a esa institución” y en ese sentido les demanda a los directivos del Fondo “comprometerse a una negociación realista y flexible” basada en la capacidad de pago de la Argentina, y “en la búsqueda de una solución que garantice la sustentabilidad macroeconómica que permita un desarrollo inclusivo desde el punto de vista social y laboral”.
La conducción de la central reforzó la línea discursiva introducida con el cambio de gobierno de rechazar de plano “reformas estructurales que impliquen reforma laboral, rebaja de jubilaciones y reducción de empleados públicos” para agregar: “la deuda no puede pagarse a expensas del sacrificio y la pobreza de los trabajadores, que ya están atravesando una situación lo suficientemente crítica como para que se les pidan más esfuerzos”. Y destacó que “la única recuperación económica posible debe basarse en la creación de trabajo decente que permita el crecimiento de la economía real”.
La reunión, como todos los contactos presenciales y virtuales previos de la CGT con el Fondo, había sido gestionada por Gerardo Martínez, de fluida relación con los responsables de los principales organismos multilaterales en los que tiene participación la Argentina. También Martínez fue gestor de la reunión, de carácter reservado, que la “mesa chica” tuvo el día anterior en la misma sede de la Uocra con Chodos, representante de la Argentina ante el directorio del FMI e histórico negociador de la deuda durante las administraciones de Néstor y Cristina de Kirchner.
Chodos aceptó el convite e hizo las veces de “coach” de Daer, Martínez y Andrés Rodríguez en una charla de más de dos horas en las que la visita del FMI fue sólo una de las aristas. Los dirigentes, siempre atentos al termómetro del poder, querían escuchar en primera persona el diagnóstico sobre la actualidad de la Argentina de un funcionario con incumbencia directa en la deuda, uno de los mayores condicionantes en la historia local, pero que de manera recurrente es mentado como eventual reemplazo de los responsables de las áreas económicas del Gabinete.
Para la “mesa chica” de la CGT, admitieron sus integrantes, resultó un alivio encontrar un interlocutor de perfil técnico pero con mirada política y sesgo peronista en un equipo económico del que suelen rezongar por la demora en la implementación de los acuerdos que negocia de palabra con Alberto Fernández. Buena parte de ese entrenamiento, que incluyó un análisis internacional sobre cómo la merma de la presencia sindical deriva en mayor desigualdad, estuvo presente en la reunión posterior con el Fondo y en el documento difundido.
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