"Independizarse del FMI es una utopía"
-
A un año de la gestión de Javier Milei, su medida más apoyada no es económica
-
Al borde del millón: la insólita noticia que recibió una joven al retirar su premio de la lotería
Periodista: Usted se manifestó en el pasado a favor de las retenciones que se aplican al sector exportador agropecuario como mecanismo para redistribuir recursos, ¿sigue pensándolo?
Carlos Degrossi: Sí. A pesar de la gran queja del campo, yo tengo la visión favorable de las retenciones como mecanismo de reasignación de recursos. El tipo de cambio y la coyuntura internacional hicieron que las exportaciones agropecuarias hayan generado ganancias muy importantes.
P.: ¿Cree que el gobierno está redistribuyendo correctamente esos recursos?
C.D.: No tanto. Creo que ya deberíamos estar reemplazando los programas de emergencia social a través del desarrollo de alternativas que nos hagan salir del simple asistencialismo hacia la generación de empleo real. También estamos un poco lentos en programas de obra pública. Recién ahora se ven algunos planes de construcción de viviendas, pero el Estado, con los excedentes que tiene hoy, debería ser mucho más activo en la generación de todo lo que signifique mejorar la infraestructura para que quien quiera venir a invertir en actividades productivas, tenga la apoyatura necesaria.
P.: Entonces, no hay clima aún para atraer inversiones...
C.D.: Falta un poco más para crear un buen clima. Haber superado el default es muy importante, pero las inversiones extranjeras se movilizan no sólo por las condiciones económicas del país, sino también por las jurídicas y políticas, en donde aún quedan tareas pendientes.
P.: Que las tarifas de servicios públicos queden congeladas por tanto tiempo ¿es también una traba?
C.D.: Es un tema difícil porque recién ahora los organismos de control están adecuados para analizar si las empresas ejercen la concesión de acuerdo con lo establecido. Por eso, cuando se discuten las tarifas, el Estado no tiene un real conocimiento de si las que se están aplicando son correctas. Además, la discusión social (no aumentar a los sectores más débiles) debe estar incluida en la negociación.
P.: ¿Cómo cree que se resolverá el embargo de los bonos en default que se discute en tribunales de Nueva York?
C.D.: Beneficiará a la Argentina. El fallo de primera instancia que da la razón al país va a ser ratificado. También se resolverá el tema de quienes no entraron a la renegociación.
P.: ¿Eso dejaría al país mejor parado ante el Fondo Monetario?
C.D.: Absolutamente, aunque habrá que negociar. Pero aquello de que la Argentina quería independizarse y desendeudarse completamente del FMI me parece una utopía. ¿Cómo se paga toda esa deuda? ¿Romper con los organismos internacionales? Esa etapa de discusión ya se superó.
P.: Con el último dato de inflación de 0,5% para abril, ¿cree que se empieza a controlar el tema?
C.D.: La inflación es un tema preocupante porque a los argentinos la hiperinflación les ha dejado muchas marcas. La situación psicológica que genera la inflación es muy grande. El gobierno tomó decisiones efectivas porque actuó con rapidez sobre los efectos psicológicos.
P.: ¿Fue positivo entonces el ataque del Presidente a las empresas que aumentan precios, como el caso de Shell?
C.D.: Desde el punto de vista del rol que debe cumplir un primer mandatario puede ser criticado, pero tuvo efecto real y atacó las expectativas adecuadamente. La caída de la inflación en abril es un dato positivo.
P.: ¿Qué opina del aumento de las protestas sociales?
C.D.: Es lógico que en una economía en crecimiento se produzcan reclamos gremiales y empresariales. Los distintos sectores quieren reacomodarse, pero eso no debe asustar si se manejan dentro de márgenes lógicos.
P.: ¿Cómo ve el hecho de que grupos locales estén interesados en comprar empresas de servicios públicos, como Edenor?
C.D.: No suena lógico pretender una nacionalización de los servicios, ni tampoco una vuelta a la estatización. Pero en algunos servicios parecería razonable, como en el caso del correo, que en muchos países existe siempre con la competencia de privados para que se obligue al estatal a ser eficiente.
P.: ¿Y en el caso de los trenes?
C.D.: En ese caso, la privatización de las líneas férreas cerró ramales produciendo graves perjuicios. Hoy tenemos una producción agropecuaria extraordinaria y hay inconvenientes logísticos para llevar los granos a los puertos por una infraestructura no adecuada.
P.: ¿Cree que es grave el enfrentamiento con Brasil por la invasión de importaciones?
C.D.: Espero que sea como dice Lula, algo sin relevancia. Una peleíta entre hermanos.
P.: Algunos sectores industriales argentinos no minimizarían así el problema...
C.D.: No, es cierto, pero el tema del equilibrio en la región es muy complejo. Hay que hacer los esfuerzos necesarios para fortificar la región porque la Argentina puede ampliar su mercado, que no tiene gran escala. Mientras tanto, hay que tratar de que el Estado equilibre las descompensaciones del mercado.
P.: ¿Está de acuerdo con la decisión de mantener el tipo de cambio en el nivel actual?
C.D.: Está en un nivel aceptable. La política que aplica el BCRA es correcta, aunque está comprando muchos dólares, y eso es a costa de emisión que podría generar mayor inflación.
P.: ¿Qué tipo de país le gustaría que fuera la Argentina?
C.D.: Sin duda, como uno de los escandinavos. En la región es difícil encontrar un país al que podamos parecernos. A Chile le fue bien aplicando políticas que en la Argentina no funcionaron, pero su geografía y su gente son muy diferentes.
Entrevista de Florencia Lendoiro
Dejá tu comentario