Kirchner, en la Bolsa: frío afuera, tibio en el recinto
-
"Empobrecimiento poblacional": en un año creció la desigualdad y el poder de compra salarial cayó 11%, según la UCA
-
Los créditos en dólares se dispararon un 87,6% anual en septiembre y alcanzaron un récord desde 2020
«Divido en dos el discurso del Presidente; en la parte leída, siguió con lo que venía diciendo de los empresarios, pero la improvisada fue impecable.» La opinión de Alberto Alvarez Gaiani, titular de la UIA, reflejaba de algún modo lo que pensaban (y decían «off the record») muchas de las casi 1.200 personas que colmaron el salón de la Bolsa de Buenos Aires.A pocos metros de allí, Julio Werthein, el anfitrión, contaba que el encuentro en su despacho con Kirchner había sido «la primera vez que nos vimos en la vida; fue muy cordial. ¿Si hizo referencias excesivas al pasado? Mire: cuando uno entra en una ruta, tiene que mirar para ver qué quedó atrás...». Pidiendo reserva de identidad, un fuerte empresario de la alimentación dijo que «arrancó duro con nosotros, pero terminó bien; me gustó que reivindicara la responsabilidad fiscal, que para nosotros es fundamental, y también la economía de mercado y la contención social». Otro hombre, de una automotriz, tuvo menos reservas para el elogio: «Ningún empresario serio puede sentirse agredido o preocupado por un discurso como éste».
• Expectantes
De las telefónicas -uno de los sectores que más cuestiona el gobierno- estaban el presidente de Telecom, Amadeo Vázquez, y de Movicom, Maur icioWior. A la espera de su jefe Roberto Lavagna, los secretarios Guillermo Nielsen (Finanzas) y Alberto Dumond (Industria) charlaban con el directivo de la Bolsa, Saúl Zang, y el hombre de General Motors Alberto García Carmona. Entre quienes seguramente aguardaban con más expectativas el contacto con Kirchner estaban los constructores y desarrolladores inmobiliarios, como Eduardo Elzstain (IRSA) y Aldo Roggio. De hecho, en uno de los pocos «mano a mano» de Kirchner, Elzstain le habló del Banco Hipotecario como instrumento para reactivar la construcción de viviendas; el Presidente asintió y quedó en considerar la herramienta propuesta. Roggio, después de saludarlo, dijo «para volver a crecer hay que recrear el clima de confianza, de optimismo y dejar de lado los recelos».
Al cóctel VIP -champagne y bocaditos servidos por El Ciervo de Oro- se sumaron, entre muchos otros, Julio Macchi (ex presidente de la Bolsa, actual vice de River Plate: «La fiesta verdadera fue la nuestra; lo otro fue un acto electoral»); el embajador de Israel, Benjamin Oron; el abogado Daniel Funes de Rioja, Adrián Werthein y Oscar Lamberto; abajo, los banqueros Enrique Cristofani (Río), Juan Brouchou (Citi), Miguel Kiguel (BHSA) especulaban sobre el futuro de los préstamos garantizados. Juan Manuel Forn (Molinos) intentaba hablar con el titular de la AFIP, Alberto Abad, sobre la necesidad de reducir el IVA para los alimentos y permitir la revaluación de los activos de las empresas para no seguir «inflando» la base imponible de Ganancias.
Terminados los discursos, los bocaditos y el champagne se generalizaron. Daniel Filmus, ministro de Educación, lamentaba que sus obligaciones le impidieran viajar a LosAngeles a ver a su amado San Lorenzo; un poco más serio, pero igual de descontraído que su colega de gabinete, Lavagna les prometía a Adelmo Gaby y a Guillermo Buzzo (vices de la Bolsa) que en Economía estaban estudiando seriamente las propuestas para extender la financiación a las PyMEs que le acercara la gente del mercado bursátil. «Miren: creo que van a estar en marcha antes de que cumplan los 150 años...»
Dejá tu comentario