E spejo, reflejo, termómetro, barómetro, las acepciones no importan demasiado al mercado: pueden ser todas esas condiciones juntas y todavía más, o predominar unas sobre otras dentro de la tendencia. No parece atravesar el meridiano mercantil, mucho menos el bursátil, el problema que se hizo centro de atención pública y notoria en estos días: la falta de seguridad ciudadana y aquellos supuestos caminos para combatirla. Pero, acaso con otras motivaciones, esa «falta de seguridad» la viene transmitiendo la plaza desde buena parte de marzo y al clausurar un primer trimestre donde el acumulado previo salvó el resultado. Pero se percibía que lo peor del terceto mensual quedaba radicado en los último realizado. Y abril copió la consigna anterior, agregando inquietudes de su propia cosecha. La otra crisis, la energética, también tuvo su espejo bursátil al verlo restado de energía al mercado y, últimamente, paseando esa anemia de órdenes en toda la desnudez.
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... desde el puente, que se observa mejor que en el llano y el ritmo corto, provee de imágenes difusas hacia adelante. La semana concluyó adversa, no muy dañada en los precios porque la oferta se mantuvo serena ante la falta de contrapartida. Los que quisieron corajear en días previos -y «los llenaron»- se quedaron en sus bases, como adivinando que el fondo del mercado estaba vendedor franco. Habrá que llenar el hueco, rápido.
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