La industria transformadora plástica cerrará el año con una tenue recuperación de entre el 4% y 5%, luego del histórico derrumbe del 28% de 2024, por lo que las cámaras empresariales mantienen la esperanza en un afianzamiento de la actividad para 2026.
La industria plástica se recuperó casi 5% a nivel anual: qué desafíos enfrentará en 2026
El sector, fuertemente dependiente del mercado interno, sufrió una importante contracción en 2024, en línea con la que experimentó la mayor parte entramado industrial argentino.
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La diversa industria plástica muestra algunos signos de mejoría sobre el cierre del año.
Además de la caída récord en términos de producción, tras lo que fueron los ajustes en materia de política económica por parte del Gobierno, el 2024 significó una baja del consumo aparente cercana al 25%. En tanto, la capacidad instalada se hundió a niveles cercanos al 50% en el peor momento del año, muy lejano a los de plena utilización. Este año, el aparato productivo se encuentra utilizado en casi un 65%, todavía con margen de mejora para el año 2026.
Hacia 2026, el crecimiento de la actividad económica prevista por distintos analistas sugiere, a priori, un escenario de consolidación de la recuperación de la industria plástica, apoyado en una lenta recomposición del mercado interno. De todos modos, esto también significa que el sector continuaría fuertemente atado a la evolución del consumo y del PBI.
El licenciado Antonio Paolini, presidente de la Cámara Argentina de la Industria Plástica (CAIP), que nuclea a unas 3.000 pymes y sus más de 55.000 trabajadores, expresó a Ámbito que esta se trata de una verdadera "industria de industrias", puesto que provee insumos y soluciones a múltiples cadenas de valor, desde envases alimenticios hasta vehículos.
Sin embargo, es esta misma diversidad en la segmentación de los plásticos la que obliga a analizar con cautela el estado de situación de un sector que, de acuerdo a palabras del jerarca, es "fuertemente dependiente del mercado interno", a raíz de su bajo peso relativo y alto volumen en el mercado.
En ese sentido, sostuvo que el mercado interno permanece "retraído" a comparación de años anteriores, y que la industria transformadora plástica se comportó de manera similar a otros sectores vinculados al consumo masivo. "Cuando el poder adquisitivo se debilita, el impacto es, prácticamente, transversal", remarcó.
Sumado a la contracción del consumo, persiste en la actualidad una mayor presión de productos importados, así como una elevada carga fiscal para las empresas por parte de los tres niveles del Estado, la cual, según el titular de la CAIP, condicionan la performance industrial. Asimismo, destacó el encarecimiento de los servicios y la ausencia de créditos como factores que limitan la reactivación de la demanda.
"Producir en la Argentina es un desafío permanente para las pymes"
Por el lado empresarial, Paolini indicó que producir en la Argentina "es un desafío permanente para las pymes", debido la inestabilidad macroeconómica, la presión impositiva, los costos laborales no salariales, una infraestructura deficiente y falta de financiamiento, que fuerzan a las empresas a destinar una parte importante de su energía y tiempo para sostener las operaciones.
Por otro lado explicó que, hoy en día, el acceso a bienes de capital de última tecnología es comparable al de la región y los costos energéticos se encuentran en niveles razonables. En ese sentido resaltó que "la industria plástica argentina no parte de una desventaja estructural frente a otros países".
No obstante, para el presidente de la CAIP, el problema central surge "puertas afuera" y se explica por "la carga impositiva acumulada, las ineficiencias logísticas y los costos asociados al funcionamiento del Estado", los cuales "erosionan la competitividad". "Las pymes plásticas son competitivas dentro de la planta, pero pierden competitividad al llegar al cliente final", deslizó.
La facturación por exportaciones de productos plásticos retrocedió 8% en 2024
A diferencia de otros países, Paolini señala que "la exportación no suele ser una alternativa estructural" para la industria plástica en la Argentina. En 2024, solo se totalizaron envíos por unas 63.000 toneladas, lo que implica una caída interanual del 4,2% en volumen con respecto a 2023 y un total de u$s274 millones, un 8% menos con respecto al valor de ese mismo año.
"Desde el punto de vista estrictamente productivo, el insumo plástico es una commodity", dijo Paolini. En 2024, el principal destino de los envíos fue Brasil, con el 26% de las ventas, seguido por Uruguay (19,9%), Chile (17,5%), Paraguay (10,4%) y Bolivia (3,2%).
En el año 2010 la Argentina colocaba en el mundo un volumen más de dos veces mayor: en torno a 156.000 toneladas por u$s550 millones. Una pérdida de presencia en el mercado internacional que se explica por una acumulación de problemas estructurales que afectaron la escala productiva, la inversión y la previsibilidad.
Por último, Paolini mostró su preocupación por el hecho de que el empleo industrial no crezca de manera sostenida desde 2011, algo que, según entiende, "refleja una deuda pendiente" en términos de desarrollo productivo, generación de valor y políticas que acompañen a la industria y al trabajo formal.





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