El presidente Kirchner viajó ayer a Brasil, junto con su esposa, para participar de la cumbre de jefes de Estado en Rio de Janeiro.
Rio de Janeiro - Aunque hoy el Mercosur aceptará formalmente el pedido de Bolivia de ingresar al bloque, su incorporación como el nuevo socio no es clara, ya que los países miembro le pondrán condiciones que aún el gobierno de Evo Morales no anunció que aceptaría. El problema es que la resolución donde se avala la incorporación del país trasandino al Mercosur incluirá el pedido del presidente boliviano de adaptarse como requisito indispensable al arancel externo común (AEC, que oscila entre 1% y 20% para productos extra zona) y el respeto a la Resolución 32 de 2000 que impone a los Estados miembro el deber de negociaciones conjuntas.
El contenido al que quiere acceder es exclusivo para suscriptores.
Sin embargo, actualmente Bolivia integra la Comunidad Andina de Naciones (CAN) junto con Colombia, Ecuador y Perú, donde, según la Resolución 598 de ese bloque, La Paz tiene libertad de negociar acuerdos comerciales en forma individual. Si Bolivia no renunciara a este derecho, en teoría, y si no se modificara el tratado de Asunción que le dio forma al Mercosur, su incorporación como socio pleno no podría ser posible.
En la reunión de equipos técnicos que se desarrolló en Rio de Janeiro el martes pasado, la Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Venezuela acordaron tras varias horas de debate iniciar hoy este condicionado proceso boliviano de adhesión. En ese maratónico encuentro, participaron el argentino Eduardo Sigal (subsecretario de Integración Económica de la Cancillería); el embajador uruguayo, Carlos Amorín; el vicecanciller brasileño, Samuel Pineiro Guimaraes; y el viceministro de Industria venezolano, Víctor Alvarez.
El eventual ingreso de Bolivia no es un tema sencillo. A diferencia de Venezuela, Evo Morales no quiere abandonar la CAN, donde también existe un arancel externo común, pero que Bolivia nunca aplicó. Ese indicio preocupa seriamente al Mercosur (ver nota aparte) que, aunque aceptó la posibilidad de que La Paz pertenezca a la vez a la CAN y al Mercosur -en un principio, esta idea era avalada sólo por Brasil-, le encargará hoy que se ocupe de compatibilizar el marco jurídico y arancelario de ambos bloques, algo que no le resultará sencillo a Morales teniendo en cuenta la fuete división interna que existe en su gobierno para consensuar medidas que deben ser planteadas en bloques comerciales internacionales.
A la necesidad boliviana de compatibilizar aranceles se sumará la adaptación de la CAN a las demás normativas del Mercosur, como el sistema de reconocimiento de productos y las cláusulas de origen -tema central para superar las asimetrías intra-Mercosur en el que Brasil y la Argentina no lograron ponerse de acuerdo, en perjuicio de Uruguay y de Paraguay-. Tal vez consciente del desafío que representa el ingreso boliviano, el canciller Jorge Taiana calificó ese hecho como «lo más destacado» de la cumbre del Mercosur en Rio de Janeiro. El Instituto Boliviano de Comercio Exterior ya advirtió que si Bolivia ingresa al Mercosur, se podría producir la ruina de miles de agricultores locales que consiguen exportar con ventajas a países andinos, ya que no podría competir con el Mercosur, el más importante exportador de alimentos del mundo.
La balanza comercial de Bolivia tiene superávit en su reacción con los países sudamericanos en unos u$s 920 millones, cifra que se tornaría deficitaria en unos u$s 418 millones si se descuentan las ventas de gas natural. De acuerdo con estos números, al Mercosur y a Bolivia podría convenirles que se mantenga el estatus de país asociado, pero el ingreso al Mercado Común del Sur ayudará al país a reforzarse institucionalmente en medio de una crisis que, a partir de los reclamos de autonomía de las prósperas regiones del Este, podría partir al país en dos.
En definitiva, la incorporación de Bolivia al bloque no es fácil. Si cumple con las exigencias del Mercosur, según el IBCE, el país trasandino tendrá que cambiar drásticamente su política arancelaria. Y en consecuencia, podría dejar de percibir ingresos por los más de u$s 400 millones que en 2006 reportó en concepto de agroexportaciones a la CAN.
En la resolución que el Mercosur adoptará hoy se conformará un grupo de trabajo integrado por los países miembro que en 180 días debería recibir la propuesta boliviana de adaptaciónde las normas de la CAN al Mercosur. Ese plazo se podría prorrogar por 180 días más, por lo que el desembarco boliviano no es algo inminente. La crisis interna y la volatilidad de los gobiernos en Bolivia podrían en ese lapso cambiar el escenario. Encima, Venezuela, principal socio político de Bolivia, tampoco concluyó su proceso de adhesión como miembro pleno. Todavía falta la ratificación parlamentaria en Paraguay y la de Brasil vía decreto.
Dejá tu comentario