27 de agosto 2007 - 00:00

Moreno descarna índice, plagia a Martínez de Hoz

Guillermo Moreno y José Alfredo Martínez de Hoz.
Guillermo Moreno y José Alfredo Martínez de Hoz.
El viernes último, y como lo hace mensualmente, el INDEC dio a conocer los datos del Estimador Mensual Industrial (EMI) de julio pasado. Eso hace recordar tiempos del Proceso de Reorganización Nacional, que a fines de los 70 (con José Alfredo Martínez de Hoz como ministro) construía un IPC con carne y sin carne a efectos de que la población «evaluara» la evolución del costo de vida. Hoy, casi 30 años después, se publica un EMI con siderurgia y sin ella.

La versión oficial fue «la producción de acero presenta circunstancias excepcionales que ameritan un tratamiento ad hoc. A título de ejemplo, una de las plantas detuvo su actividad a fin de conducir su proceso de inversión que aumentará significativamente su producción y otras realizaron durante el mes de julio sus paradas técnicas anuales».

El comunicado oficial sigue: «Esto impide que la comunicación sea tratada con los procedimientos matemáticos sin que su interpretación pierda sentido económico». ¿Es esto cierto? No, es falso. Más aún, desde el punto de vista estadístico es una estupidez la desagregación de distintos EMI. La industria se debe tomar en todo su conjunto, al igual que el IPC.

  • Hay que leer

  • Además, ni tomaron en cuentael parte de prensa del Centro de Industriales Siderúrgicos (CIS), que argumentaba un menor nivel de actividad en función de paradas técnicas por puesta en marcha de ampliaciones futuras y... debido a las salidas de generación de una propia central eléctrica y las restricciones energéticas de público conocimiento. Pregunta: ¿leyeron ese pare del CIS los que confeccionaron el EMI? Parece que no. Claramente, la industria enfrentó una fuerte restricción energética en junio y julio, y también en el presente mes. Se eligió una «víctima» (la industria) y beneficiarios (el sector residencial y los usuarios de GNC). Tomada esa decisión, sólo quedaba mostrar los datos de la víctima, el EMI. Ello no se hizo, sólo se intentó justificar la caída en producción por medio de «ampliaciones futuras de capacidad instalada». Se quedaron a mitad de camino, ni «chicha ni limonada».

    Los sectores que se han visto mayormente perjudicados por la restricción energética fueron los productores de bienes intermedios, principalmente los de proceso continuo, tal como agroquímicos, petroquímicos, químicos básicos, plásticos, siderurgia y metalmecánica ( parcialmente). La industria dejó de consumir entre abril y julio pasado más de 13 millones de m3/ día y más de 1.200 MW día, que se les cortó teniendo contrato en firme o no, para abastecer la demanda residencial. En esas condiciones, ¿no es infantil intentar explicar que aún se siguió creciendo en julio? Creo que sí lo es. Por lo tanto, la verdadera razón de la caída en la producción es la «emergencia energética» (por no decir «crisis», que parece resultar una mala palabra), y la producción que se perdió al enfrentar esa situación está, y no será posible recuperarla en lo que resta del año, aún con un flujo energético normal, que también está en duda.

    Fue tan burda la explicación que se argumentó en el EMI, que el parte de prensa de Utilización de la Capacidad Instalada (UCI) del mismo día mostraba una caída de la UCI de 4,7% respecto de julio del año pasado, liderada por los sectores siderurgia (-23,8%), sustancias químicas (-18,1%), textil (-4,1%) e igual caída en alimentos. Pregunta: ¿el sector químico tambiénestá haciendo inversiones de ampliación y por ello redujo fuertemente su producción?

    El consejo al INDEC (¿o « interventores»?) es que hay que ser coherente en los argumentos que se presentan, no puede ser que la incoherencia la hagan pública.

    A favor tenían para presentar el EMI desestacionalizado de julio, donde se podría haber argumentado que fuera analizado con cautela, dado que en meses similares de años anteriores no se enfrentó una situación energética tan crítica y por ello no resulta un dato contundente.

    Pero no se hizo ello. Se optó por un EMI con o sin siderurgia. Pero ello no fue la única sorpresa del parte de prensa. Tampoco «cierran» las variaciones porcentuales sectoriales con el nivel agregado. ¿Qué significa esto? Que alguno «metió los deditos» en el EMI, lo cual impide que las variaciones sectoriales sean consistentes con el nivel agregado de la industria, lo que permite mostrar mejores resultados que los verdaderos.

    Me explico: alguien « toqueteó» los números de un año atrás (situación razonable pues los datos estadísticos pueden sufrir alteraciones), o se equivocó en las operaciones de multiplicación de julio pasado (hecho no justificable), o cambió ponderadores a fin de lograr el « resultado deseado» (tampoco justificable). Esto parece ser similar a lo que hacen con el IPC.

    Para los que analizamos estadísticas por más de 20 años esta situación nos resulta muy desagradable. Sin embargo, daré el «beneficio de la duda» a los generadores del EMI, esperando que el EMI definitivo corrija los errores mostrados en el Anticipo difundido el viernes.

    Dejá tu comentario

    Te puede interesar