27 de noviembre 2019 - 00:00

Musimundo: Carsa no pagará las ON esta semana

A comienzos de mayo cerró su emblemático local ubicado en la avenida Cabildo en Belgrano. 

A comienzos de mayo cerró su emblemático local ubicado en la avenida Cabildo en Belgrano. 

La firma Carsa, una de las dos licenciatarias de la cadena de electrodomésticos Musimundo, volvió a anunciar que no pagará sus obligaciones negociables que, en este caso, vencen el 30 de noviembre. La crisis en que se encuentra inmersa Carsa ya la llevó a fin de octubre último a ceder 37 locales al otro licenciatario de la marca, Electrónica Megatone, porque no tenía recursos para sostenerlos.

Así, y pese al riguroso plan de achicamiento que lleva adelante, Carsa sigue sin poder normalizar su situación financiera. En una nota que presentó anteayer a la Bolsa de Comercio, la Comisión Nacional de Valores y el Mercado Abierto Electrónico, la firma anticipó que “no efectuará el pago del servicio de interés correspondiente a las obligaciones negociables serie VIII y serie IX clase B, de vencimiento el 30 de noviembre del corriente año”.

La razón que argumentó en esa nota fue contundente: “Se mantiene a la fecha el contexto de baja de ventas y altas tasas de financiamiento que imposibilitan el cumplimiento de este compromiso”.

A renglón seguido aclaró: “En cuanto la sociedad cuente con recursos suficientes realizará el pago del servicio adeudado más los intereses compensatorios y moratorios previstos en las condiciones de emisión de las obligaciones negociables”.

Sin embargo, esta no es la primera oportunidad en que la empresa incumple ante sus acreedores y se ve obligada a negociar una reestructuración de sus pasivos. Carsa quedó sólo con 43 locales de Musimundo sobre un total de 220 que siguen abiertos. Los otros 177 son administrados por Megatone.

La crisis de Carsa arrancó en 2017 cuando comenzó a hacerse más notable la caída del consumo por la crisis económica. Y se agravó entre 2018 y este año. En el medio, superó la instancia de un concurso de acreedores, pero nunca logró una solución de fondo. Tiene una deuda de $1.400 millones y cheques rechazados por $54 millones.

Cuando el mes pasado cedió locales (algunos de los cuales había cerrado) a su competidor, José Franchino, presidente de Carsa, señaló: “No hemos recuperado el crédito necesario y el continuo abastecimiento, no porque no quisieran nuestros proveedores, sino porque lamentablemente, la situación del país ha traído consecuencias negativas, a nosotros, a ellos, y a nuestros competidores”.

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