14 de septiembre 2007 - 00:00

Oleada de ventas

Está a punto de cerrarse otra venta de una empresa argentina a capitales brasileños. Se trata de Quickfood, líder entre los productores de alimentos congelados. No es más que un fiel reflejo de la política pro empresa que el gobierno de Lula da Silva y anteriores han marcado como estrategia para el desarrollo. En la Argentina, todo lo contrario: al empresario local se lo castiga con altísima presión tributaria, se lo pone a merced de gremios y se le controlan precios. Por si fuera poco, con el dólar alto, se rebaja el valor de las compañías.

Oleada de ventas
Brasil sigue avanzando sobre los mercados argentinos y especialmente de carne vacuna: el frigorífico Quickfood, propiedad de la familia Bameule, evalúa una oferta presentada por el grupo brasileño Marfrig, que ya cuenta con 10 plantas en Brasil y controla empresas en Chile y en Uruguay.

De esta forma, los empresarios brasileños, con créditos y apoyo del gobierno de su país, siguen realizando ofertas por las empresas frigoríficas argentinas que cuentan con cupos de Cuota Hilton y tienen ganados los mejores mercados del mundo, donde se les facilita el ingreso con carne propia. Ese sería el negocio fundamental para que los brasileños paguen por los frigoríficos valores sobredimensionados, alejados de la realidad de un mercado restringido.

Quickfood es hoy uno de los mayores exportadores de carne del país, controlado y manejado por empresarios argentinos que hasta ahora no habían aceptado propuestas de compra por parte de otros conglomerados de frigoríficos. Pero la oferta presentada por el empresario Marcos Molina habría superado las reticencias impuestas en otras oportunidades, incluso al Grupo Friboi, que compró y controla Swift Armour. Molina ya adquirió la empresa frigorífica más importante de Córdoba, que supo ser del grupo Macri, Estancias del Sur y está atrás de otras empresas (CEPA, que fue de la familia Zorraquín).

Tras la venta de Swift de Finexcor y Friar, ahora propiedad de Cargill, Quickfood era la última empresa dedicada fuertemente a la exportación que quedaba en manos argentinas. No obstante, la fuerte acción brasileña tiene un «efecto espejo» inverso en el mercado interno, ya que el grupo Mattievich se consolida como comprador de plantas dedicadas al consumo local. Mientras los brasileños avanzan sobre plantas exportadoras, un grupo santafesino avanza sobre plantas de faena «consumeras».

  • Hamburguesa

    No obstante, Quickfood también opera fuerte en el mercado interno con un producto que es ya sinónimo de hamburguesa en el país, como Paty. El valor de dicha marca y el posicionamiento de ese producto en el mercado interno hacen muy difícil el cálculo de la operación, que aún se desconoce. La operatoria podría alcanzar los u$s 350 millones, según cálculos del sector, aunque no hubo información oficial.

    Debido a fuertes rumores que circularon la semana pasada, la Bolsa de Comercio requirió información a Quickfood, que presentó ayer a la entidad una carta en la que informa: «Hemos consultado a los accionistas controlantes del capital social de Quickfood SA, quienes nos han informado que han recibido una oferta confidencial para la adquisición de su tenencia accionaria, la cual se encuentra sujeta y condicionada a la realización de un «due diligence» (análisis de balances), a la aprobación de la operación por parte de la asamblea general y el consejo de administración del eventual comprador...».

    «Se está evaluando la oferta-», dijo ayer a este diario uno de los directivos de Quickfood que precisó que el «'due diligence', que puede durar varias semanas, impide hacer otros comentarios».

    Quickfood cuenta hoy con alrededor de 1.200 toneladas de Cuota Hilton (que por estos días cotiza en u$s 14.000 cada una), pelea permanentemente con Swift y Finexcor el liderazgo de exportaciones y coloca embutidos en el mercado interno.
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