6 de junio 2007 - 00:00

Oportunidad electoral: aumentan a jubilados y el salario mínimo

La CGT de Hugo Moyano vuelve mañana a un clásico sindical. Para asegurarle a Néstor Kirchner paz electoral (no sólo para el 24 de junio, sino también hasta octubre), cerrará con el Presidente un acuerdo para que no haya descontroles callejeros, al menos por protestas gremiales, entre los sindicatos de la CGT unificada. Esto incluye a algunos ex rebeldes como Luis Barrionuevo. A cambio, hay todo un listado de reclamos que ya están negociados con el gobierno. Habrá aumento del salario mínimo, que se acercará a $ 1.000, y de las jubilaciones, que llegarán a los $ 600. Esto ya lo tiene decidido Kirchner, pero la CGT quiere estar en la primera fila y apropiarse del anuncio en el Salón Blanco de la Casa Rosada. Busca mostrar que esos incrementos se decidieron por la presión de los gremialistas. Pero, además, la serie de reclamos sindicales al Presidente incluirá un nuevo, y millonario, salvataje para las obras sociales en problemas, y que mientras Kirchner sea presidente no se reconozca a la CTA. Obviamente, que ningún delegado de Hugo Yasky llegue al PAMI.

Hugo Moyano
Hugo Moyano
Néstor Kirchner recibirá este jueves por la tarde a la «mesa chica» de la CGT, con Hugo Moyano a la cabeza, para escuchar nuevamente el reclamo sindical de subir el salario mínimo a 1.050 pesos y un incremento en las jubilaciones a aproximadamente 600 pesos. Los principales referentes gremiales, con el camionero a la cabeza, saben que el gobierno está a punto de anunciar ambas alzas y quieren asegurarse figurar en la primera línea cuando se presente en sociedad. Pero además la CGT sabe que éste es el momento exacto para presionar a Néstor Kirchner con un nuevo acuerdo que le asegure al Presidente tres semanas de paz sindical, al menos hasta las elecciones del 24 de junio, cuando se definirá la suerte de Daniel Filmus. Saben Moyano y sus seguidores que para el jefe de Estado, contar con la tranquilidad de que no habrá sorpresas desagradables vinculadas a movilizaciones, paros o piquetes varios que provengan de la CGT oficial es una condición fundamental para convencer a los porteños de las bondades del ministro de Educación.

Ante este panorama, y en el mismo momento en que se reclamarála suba del salario mínimo y de las jubilaciones, Moyano y sus seguidores llegarán a la Casa de Gobierno con todo el listado de reclamos que, según su visión, Kirchner debe impulsar para mantener la alianza con esta parte del sindicalismo peronista.

Conocedores de la situación, otros dos reclamos históricos: plata para sanear las obras sociales en problemas y que Kirchner termine su mandato sin reconocer la existencia legal de la CTA.

Para esto, llegarán a la Casa Rosada, junto con Moyano, José Luis Lingieri (Obras Sanitarias), Andrés Rodríguez (UPCN), Armando Caló (metalúrgicos), Omar Viviani (taxistas), Vicente Mastrocola (plásticos), Roberto Fernández (UTA), Gerardo «Momo» Venegas (UATRER) y el secretario general de los gastronómicos, Norberto Latorre, en reemplazo de Luis Barrionuevo y un enviado de Gerardo Martínez, por ahora en la sede de la OIT de Ginebra. Latorre, ante el estado gripal de su jefe, ayer fue anfitrión en la sede de su gremio, de Moyano, Lingieri, Caló y compañía, en un almuerzo donde se definió el listado de reclamos que se le llevará a Kirchner. El menú, según los comensales, fue mejor que lo habitual: pescado marinado, lomo y vino de primerísima marca.

  • Definiciones

    Cinco horas duró el ágape, donde se definieron los siguientes puntos:   

  • Salario mínimo. Kirchner lo llevará de los actuales 830 pesos a aproximadamente 1.000 pesos mensuales. La CGT reclamará 1.050, pero obviamente se conformará «críticamente» con el anuncio presidencial.   

  • Jubilaciones. El aporte mínimo se ubica en $ 530 pesos, y será llevado a unos 600 pesos. La CGT aceptará la cifra, pero reclamará que el Presidente haga un reconocimiento público por la campaña que por el interior del país hace Moyano a favor del traspaso de futuros jubilados de las AFJP al reparto.   

  • CTA. Gerardo Martínez envió un dato alarmante para la CGT desde Ginebra: nuevamente la OIT condenará la falta de legalización de la CTA.

    Lo que buscarán Moyano y el resto de los sindicalistas es que Kirchner asegure al menos hasta que termine su mandato, que esta decisión no se tome y que el próximo gobierno, que debería seguir la misma línea que el patagónico, se siente a negociar nuevamente un acuerdo sindicalcon el camionero, Barrionuevo y el resto de los gremialistas clásicos.   

  • Obras sociales. Moyano tiene un largo listado de obras sociales en rojo peligroso, que en cualquier economía normal ya deberían estar en proceso de quiebra. Lo que buscan los sindicalistas es una decisión presidencial, para que antes de octubre se disponga de una licuación generalizada e indiscriminada de pasivos de las obras sociales, sin importar motivo o circunstancia de las pérdidas.

    El camionero estrenará así el jueves, en el despacho presidencial, su nuevo eslogan sobre el «movimiento obrero unido», que en la práctica quiere decir simplemente un acuerdo temporario con Luis Barrionuevo para dejar la definición de la interna de la CGT para otro momento, cuando el amigo patagónico tenga las cuestiones electorales solucionadas.
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