La carne amenaza con dividir a la dirigencia rural y enfrenta al gobierno con consumidores. A un día de haber oficializado el Plan Ganadero Nacional, la Secretaría de Agricultura, que depende del Ministerio de Economía, salió a defender el acuerdo de precios de la carne que firmó con algunas entidades del campo e indicó que los precios se mantienen por debajo de los valores acordados, sustentándose en la mayor oferta que se registra en el mercado de Liniers. Entidades de consumidores, sin embargo, indican que en la góndola la carne no bajó, incluso denuncian subas en algunos valores de cortes populares, lo que generó un mayor control del gobierno en carnicerías.
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En tanto, la dirigencia que no acordó precios con el gobierno rechazó y criticó el anuncio del Plan Ganadero. «La sola instrumentación de un programa de estas características no es la solución de fondo que requiere la ganadería para recuperarse y volver a ocupar un sitial que nunca debió perder», sostuvo ayer la díscola Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), entidad que motorizó todas las protestas que se le han hecho al gobierno, con excepción de la última, por 10 días, que encabezó CARBAP, la entidad que reúne a ruralistas de Buenos Aires y La Pampa. Dicha entidad, que conduce, Pedro Apaolaza, fue más dura e indicó ayer que el plan del gobierno sufre de «inviabilidad» mientras «persistan restricciones a las exportaciones de carnes y más aún de aquellas categorías de incierto consumo en el mercado interno. La reasignación de montos dinerarios que son de los productores (puesto que provienen de las retenciones), previstas en el Plan Ganadero Nacional son un contrasentido». Para los pampeanos «el tan promocionado y publicitado Plan Ganadero Nacional no es más que un conjunto de resoluciones que permiten implementar los beneficios (compensaciones) a los criadoresen diversos estratos productivos. Un verdadero disparate», indicaron ayer.
Sin embargo, Agricultura dio por superado el tema y avanzó hacia la buena performance de los valores de la carne. En realidad, se refirió a los precios que se registran en el Mercado de Liniers para el ganado en pie. Por caso, según el acuerdo vigente, el valor del novillo se debe ubicar en $ 3 por kilo y el precio promedio se ubica hoy en $ 2,721, 9% menos que lo previsto por el gobierno. Otro tanto ocurre con los terneros que tienen un precio sugerido de $ 3,30 y hoy se comercializan a $ 3,04, 7% menos. Para el gobierno es una buena noticia aunque los productores, aun quienes no lo dicen públicamente (algo más común de lo habitual por estos días en que algunas entidades prefieren no enfrentarse con el gobierno porque «seguimos negociando», dicen), creen que la depresión de precios se debe al «desaliento de los ganaderos que dejan de producir y, si el campo se lo permite, se pasan paulatinamente a los granos».
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