24 de julio 2020 - 00:00

Lo que se dice en las mesas

Velando las armas del canje. ¡Claro que habemus plan! Nadie quiere quedarse afuera de la curva. Un grande vuelve a invertir en Europa. Entre Trump y Xi Jinping se coló el "mountain gate".

Matías Kulfas y Jeff Bezos.

Matías Kulfas y Jeff Bezos.

Ánimos cautos, pero con tintes esperanzadores se respiran en el mundillo financiero. Es que hay una gran cuota de ilusión de que se cierre finalmente el canje en buenos términos. Aunque sobrevuelan los fantasmas de Griesa. Nada está cerrado, como venimos sosteniendo desde hace meses, y sigue siendo el obstáculo legal la valla a sortear. Veremos si el Presidente toma el toro por las astas y termina este entuerto para ponerse al hombro “su” Consejo Económico y Social. Porque el artífice del canje 2005 fue Néstor Kirchner aunque los laureles se los llevaron Lavagna y Nielsen, y eso es algo que Alberto sabe bien, porque fue testigo privilegiado de las idas y vueltas del equipo negociador. La última palabra siempre fue de Néstor, recordaba días atrás un ex-Jefatura de Gabinete de aquellos tiempos en un encuentro con colegas al contar cómo fue la resolución de esa reestructuración. Y mientras todos buscan el Santo Grial, un empresario con llegada a Olivos les señaló a colegas que ya ¡habemus plan! y lo viene contando el ministro Kulfas. “Ya veremos cuáles son los huevos que van a romper para hacer la tortilla del plan productivo, pero los ingredientes ya los vienen dando: petróleo (y gas), minería, economía 4.0 y salud”. Esos son los ejes de las políticas productivas que venderán al Consejo Económico y Social. Todo bajo un esquema coordinado de banca de desarrollo pública y privada porque lo que se necesita es fondeo. Claro que en todos los zoom (-a propósito, un conocido gestor comentaba el cansancio de los clientes ante la avalancha de videoconferencias y charlas virtuales a las que son invitados, que se han abaratado sustancialmente porque se invita a 1.000 personas sin costo de café ni salón etc.-) el dólar y la inflación futura dominan la atención. De lo que más se habla es de la curva de pesos. Parece que todos van al CER ante la expectativa de una aceleración inflacionaria (no híper, por ahora). Pero no van en busca de paridades, sino de futuras ganancias de capital. Igual hay mucas dudas sobre la tasa y el BCRA.

El megapaquete anunciado por la UE ya empezó a hacer ruido en Wall Street y promete el regreso de uno de los grandes. En un conference call bioceánico trascendió que luego de dos años de un exilio autoimpuesto, el JP Morgan volverá a invertir en acciones europeas. La zanahoria: el histórico Fondo de Recuperación sobre el cual se cierne la esperanza del bloque. Es más, según altos ejecutivos del banco de inversión norteamericano desde hace semanas comenzaron las compras. Inside information o simple apuesta, lo cierto es que los estrategias del JP piensan que el plan podrá evitar otras crisis de deuda soberana. Al parecer, el banco ya se puso largo en renta variable europea desde principios de junio. Pero no hubo un trade off con la renta fija porque también el JP volvió a comprar deuda soberana, por ejemplo de España, apostando a que el pacto europeo la ayude a salir de la crisis. También se habló del balance del primer semestre y muchos reconocieron que lo han dado por perdido en términos de resultados corporativos y creen que recién, en forma gradual, se irán recuperando en 2021.

En otro zoom se matizaron los análisis geopolíticos internacionales con un escandalete californiano. Sobre el conflicto entre EE.UU. y China consideraron que, por ahora, Trump no va a subir los aranceles otra vez porque ninguna economía se puede permitir otro retroceso en su recuperación. Claro que el ingrediente electoral entra a terciar y no le ha ido mal electoralmente a Trump cada vez que recalentó la guerra comercial. Sin embargo, creen que ahora no actuará porque apuestan a la racionalidad de que tanto EE.UU. como China no pueden permitirse el lujo de infringir nuevos sufrimientos a sus economías. Al hablar de las próximas elecciones estadounidenses (en noviembre) se destaca que Biden es el candidato demócrata más centrista quien, por ahora, lidera las encuestas. Pero, al igual que en el Río de la Plata, existe un alto porcentaje de indecisos que en la anterior compulsa posicionaron a Trump como el ganador. Por tal motivo no se puede dar por vencido al republicano. Ya que tampoco hay coffee break en estos encuentros, los estrategas neoyorkinos interrogaron a sus colegas californianos sobre el “Mountain-gate”. Se trata de un impresionante inmueble en el famoso código postal 90210 de Beverly Hills. Es una propiedad de casi 80 hectáreas (entra todo Disneyland y aún quedan 30 hectáreas libres). Toda una montaña a la que el magnate Jeff Bezos (Amazon) intentó comprar el año pasado, pero luego se arrepintió por motivos presupuestarios. La propiedad conocida como “The Mountain” es el pico más alto de Beverly Hills en Benedict Canyon y estaba valuada en u$s1.000 millones. Tras varios recortes de cotización, bajó a u$s650 millones, pero finalmente se vendió, en una subasta hipotecaria, en u$s100.000 el año pasado (es que tenía una deuda de u$s200 millones de cargos e intereses atrasados). Al parece, según la prensa de Los Angeles y de Wall Street, la montaña habría sido comprada supuestamente con fondos malversados por exfuncionarios kuwaitíes. Ahora está en manos de las autoridades federales. Sin duda, don Jeff algo olfateó y no “fue a la montaña” que, dicho sea de paso, arrastra una historia intrigante ya que pasó por muchas manos famosas y ricas, entre ellas una princesa iraní, el famoso presentador y productor de televisión Merv Griffin y un magnate de la nutrición, incluso hasta Tom Cruise llegó a hacer un depósito por la propiedad años atrás.

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