Reclamo transversal por la industria: provincias cuestionan la ausencia de una política sectorial y piden consensos

Lo hicieron a través de un congreso realizado en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, en el cual se discutió la necesidad de pensar una industria del Siglo XXI.

La industria, uno de los sectores más afectados por las políticas de Milei.

Funcionarios de áreas productivas de distintas provincias cuestionaron la ausencia de una política industrial nacional y llamaron a un consenso intrapartidario sobre la importancia de tener una industria del Siglo XXI, que contemple tanto la relevancia del sector en términos de empleo y encadenamientos con otras actividades, así como las nuevas demandas en materia de innovación y tecnología. Lo hicieron en el marco del primer Congreso Productivo para el Desarrollo, organizado por Misión Productiva, un espacio que reúne a distintos profesionales con experiencia tanto en el sector público como en el sector privado.

Con una intención de darle una visión federal y transversal a nivel ideológico al debate, el primer panel, denominado "Industria y política: cómo volver a crecer", contó con la participación de Augusto Costa, ministro de Producción de la Provincia de Buenos Aires, Federico Bazán, titular de Trabajo, Industria, Empleo y Minería de La Rioja, Federico Fachinello, ministro de Industria de Misiones, Emanuel Gainza, secretario de Modernización de Entre Ríos e Ignacio Lamothe, Secretario General del Consejo Federal de Inversiones (CFI).

Industria en crisis: las dificultades de las provincias para diseñar políticas sin el apoyo de Nación

Como puntapié del evento, realizado en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, Costa aseguró que el desprecio que tiene el Gobierno de Javier Milei por la industria naturalmente va a impactar principalmente sobre la Provincia de Buenos Aires dado que es la que produce el 50% de los bienes industriales. "Hacer política industrial desde las provincias es complejo cuando el entorno macro no acompaña", sostuvo.

En ese sentido, el economista aseveró que "la política industrial la tiene que conducir Nación" y que las provincias tienen que cooperar entre sí. Contrariamente, señaló que el Gobierno "nos está diciendo: 'mátense y compitan'".

Ante la consulta de Ámbito sobre los factores que están golpeando al entramado productivo bonaerense, Costa destacó a la apreciación cambiaria, la apertura indiscriminada de las importaciones, la parálisis de las obras de infraestructura y un achicamiento del mercado interno. “El Estado provincial funciona como escudo y red, pero no puede suplantar a un Estado Nacional que deserta de sus responsabilidades”, sentenció.

"El mundo nos está dando la posibilidad de discutir de nuevo política industrial. Esa es la nueva canción que tenemos que tocar y que muchos negaron por años", expresó, haciendo referencia al pedido de "nuevas canciones" que alguna vez popularizó el gobernador Axel Kicillof en un acto político.

Por su parte, Bazán hizo hincapié en el impacto negativo que la apertura comercial generó sobre el sector textil de La Rioja, que representa un tercio de la producción industrial de la provincia, algo que también mencionó Costa al ejemplificar el aumento de importaciones de calzado por 11 millones de pares y el cierre de la Planta DAS en Coronel Suárez. Además, el funcionario cuyano subrayó a la caída del consumo como otro factor clave a la hora de explicar la crisis sectorial.

Valor agregado, obras de infraestructura e innovación: las demandas de las industrias provinciales

El riojano enfatizó sobre la relevancia en que la explotación de los Recursos Naturales traiga aparejada la agregación de valor. Al respecto, celebró el regreso de proyectos mineros a la provincia, en los cuales la industria deberá tener un rol fundamental como proveedora.

A su turno, Fachinello alertó sobre el contexto crítico para las pymes misioneras, que deben competir con empresas de los países limítrofes en condiciones desfavorables. "Necesitamos políticas para el desarrollo de infraestructura y conexión de energía, teniendo en cuenta que somos una de las pocas provincias sin gas natural", profundizó.

Mientras tanto, Gainza focalizó su discurso en la relevancia de la transformación digital y el desarrollo de conectividad, "que hoy son el equivalente a lo que hace 100 años era el desarrollo del ferrocarril o de la electricidad". Con ese horizonte, no dudo en afirmar que "el interior tiene un enorme potencial de desarrollo", pero advirtió que ese potencial solo será aprovechado con un "Estado eficiente, que llegue a donde el privado no puede" y "consensos, más allá de la identidad partidaria".

El rol del CFI para articular políticas de desarrollo productivo entre las provincias

Por último, Lamothe, destacó el rol del CFI a la hora de "armar una hoja de ruta para el desarrollo del país" y de la escuela federal de desarrollo que están llevando a cabo con el objetivo de formar "a jóvenes sobre los temas que estructuran el desarrollo productivo del país". "A diferencia de lo que se cree, los jóvenes están interesados en estos temas. Hay que seguir apostando por la formación de cuadros políticos", acotó.

Con esa meta, marcó la importancia de la articulación entre el organismo y los futuros ejecutores de las políticas (algo que también puntualizó Bazán) y llamó a corregir el hecho de que muchas veces los conocimientos que se generan en Argentina "están desvinculados de la realidad socio-política del país".

Manifiesto por un industrialismo del Siglo XXI

"Manifiesto por un industrialismo del Siglo XXI" fue el slogan con el cual Misión Productiva lanzó este primer congreso, con una sala repleta en la Facultad de Económicas. En primer lugar, ese manifiesto incluyó la convicción de que la industria es un motor clave para el desarrollo, dado que a representa el 20% del PBI, genera más de dos millones y medio de puestos de trabajo con salarios por encima de la media, la mayor parte del gasto en I+D del sector privado y el 57% de las exportaciones de bienes y servicios.

Sin embargo, advirtió sobre la necesidad de abandonar las viejas fórmulas para hacer política industrial, basadas en una defensa ciega de la protección y los subsidios, y una generación de falsas disyuntivas como la de mercado interno vs exportaciones, o la de industria vs agro.

Es a raíz de ello que plantearon la urgencia de pensar una industria del Siglo XXI, "que reconozca los cambios tecnológicos, que entienda que la innovación es un eje central, que busque permanentemente el aumento de la productividad, que seleccione prioridades, identifique sectores estratégicos, y evalúe y redefina las políticas productivas".