En el corazón de la agenda económica poselectoral de Javier Milei, el paquete de asistencia financiera de u$s40.000 millones con Estados Unidos —compuesto por un swap cambiario ya firmado y un préstamo adicional de u$s20.000 millones de un consorcio de bancos internacionales— se encuentra en una encrucijada.
Salvataje de EEUU: crece la pelea entre el FMI y J.P. Morgan por las garantías para el préstamo a Javier Milei
Una escalada de fricciones entre el consorcio de bancos internacionales y el Fondo postergó el anuncio del préstamo para el gobierno libertario.
-
El FMI destacó la resiliencia del país ante shocks externos y propuso reforzar reformas estructurales
-
El Gobierno enfrenta un vencimiento con el FMI por más de u$s800 millones y el BCRA tiene reservas negativas
El presidente Javier Milei junto a Jamie Dimon, CEO de JlP. Morgan.
Oficializado el 20 de octubre, el swap de u$s20.000 millones del Tesoro estadounidense permitió al Gobierno intervenir en el mercado cambiario para contener la volatilidad del peso. Sin embargo, el tramo bancario, liderado por J.P. Morgan, Bank of America, Goldman Sachs y Citigroup, avanza con lentitud debido a la exigencia de garantías "sólidas", un reclamo que ha desatado preocupaciones en el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Esas preocupaciones tienen un foco central: que exista una posible priorización de pagos a Wall Street en detrimento de las obligaciones que la Argentina mantiene con el FMI.
Los bancos estadounidenses, escarmentados por el historial de nueve defaults argentinos, han condicionado el desembolso a respaldos creíbles que mitiguen el riesgo soberano. Fuentes cercanas a las negociaciones revelan que se discuten avales directos del Tesoro de EEUU vía el Fondo de Estabilización Cambiaria (ESF), que dispone de más de u$s220.000 millones en activos, incluyendo derechos especiales de giro del FMI.
Las indicaciones del Tesoro de Estados Unidos comienzan a llegar con contundencia
Alternativas incluyen colaterales locales como flujos de exportaciones de commodities —cobre, litio o soja— o una estructura de "swap de rentabilidad total" similar al acuerdo de Angola con J.P. Morgan por u$s1.000 millones respaldados en bonos.
El secretario del Tesoro, Scott Bessent, ha intervenido personalmente, pero un vocero del Departamento indicó que los detalles solo se publicarán al cierre del acuerdo, programado tentativamente para la gira de Milei a Miami que comienza esta semana, específicamente los días 5 y 6 de noviembre.
Recompra de deuda, el plan para bajar el riesgo país
La presión de los bancos no es un capricho: el riesgo país, aunque ha caído 38% en apenas algunos días hasta por debajo de 650 puntos básicos, sigue elevado por las reservas netas negativas de u$s11.000 millones y vencimientos por 4.500 millones en bonos para enero de 2026. El préstamo se destinaría a recomprar deuda soberana en el mercado secundario a descuento, generando ahorros netos y alineándose con el superávit fiscal.
No obstante, la estructura propuesta implica una exposición adicional para el ESF, evocando el rescate mexicano de 1995 donde absorbió casi todos sus recursos, un precedente que genera recelos en el Congreso de EEUU, donde demócratas como Elizabeth Warren cuestionan el uso de fondos públicos para respaldar préstamos privados a un país "volátil".
El FMI, como principal acreedor con más de u$s60.000 millones en deuda —incluyendo el nuevo Extended Fund Facility (EFF) de 20.000 millones aprobado en abril de 2025—, ha elevado la voz en reuniones recientes del Directorio Ejecutivo.
El dato es que durante las asambleas anuales con el Banco Mundial en octubre, directivos del Fondo expresaron inquietudes sobre cómo el paquete estadounidense podría alterar la jerarquía de pagos, priorizando obligaciones con el Tesoro de EEUU —como el swap y potenciales intereses del préstamo bancario— sobre las cuotas al FMI.
Kristalina Georgieva, directora gerente, enfatizó en una conferencia que "el apoyo bilateral debe complementar, no competir, con los programas multilaterales", advirtiendo que cualquier subordinación erosionaría la paridad entre acreedores oficiales.
Esta definición de prioridades no es un detalle técnico: viola las reglas multilaterales del FMI, que exigen igualdad en el tratamiento de deudas soberanas. Si Argentina usa reservas reforzadas por el swap para cubrir pagos a EEUU antes que al Fondo —un escenario plausible ante vencimientos inminentes como los u$s822 millones de intereses al FMI hoy—, podría interpretarse como una infracción de los estatutos, algo que podría generar retrasos en los desembolsos pendientes del EFF.
Más acuerdos a la medida de Argentina
El ejemplo de Argentina recorre el mundo. Por ejemplo, analistas del Peterson Institute for International Economics (PIIE) alertaron la última semana que esto incentivaría a emergentes como Brasil o Turquía a buscar "rescates bilaterales" con potencias, "debilitando el rol del FMI y fomentando una carrera por el financiamiento" que beneficie a EE.UU". Las fricciones institucionales se agudizan por el peso veto de Washington en el FMI (16,5% de votos), lo que genera acusaciones de "doble estándar": EE.UU. impulsa un paquete que, en apariencia, fortalece a Argentina, pero en la práctica podría relegar al Fondo, su principal brazo multilateral.
El otro dato a tener en cuenta es que, según pudo saber Ámbito, en foros internos del FMI, los representantes europeos y asiáticos han demandado "cláusulas de no subordinación" en el acuerdo bancario, exigiendo que cualquier garantía del ESF no afecte la seniority de la deuda del FMI.
Fuentes del Ministerio de Economía admiten que las discusiones con el FMI se han intensificado en las últimas 72 horas.
Brad Setser, economista senior del Council on Foreign Relations y exfuncionario del Tesoro, ha sido uno de los analistas más notorios sobre estos "riesgos inusualmente altos". En posts recientes en X y artículos en el Financial Times, Setser destaca cómo la depreciación del peso argentino erosiona el valor de cualquier colateral argentino, dejando al ESF con "activos devaluados" en caso de una devaluación adicional del 20-40% prevista para 2026 si no hay ajuste fiscal profundo.
Citando a Bessent, quien admitió que "el peso está subvaluado", Setser contrapone que las intervenciones directas de EE.UU. en el mercado cambiario son "precedentes riesgosos", comparables al fiasco mexicano donde el ESF se agotó. Setser no solo critica la volatilidad cambiaria, sino su impacto en la balanza comercial. En un tuit del 21 de octubre, reiteró: "Una devaluación podría dejar al Tesoro con bombas de tiempo financieras".
- Temas
- FMI
- Javier Milei
- J.P. Morgan
- Dólar





Dejá tu comentario