Se exceden fuerte en el gasto los subsidios, la SIDE y De Vido

Dramático análisis de la ejecución presupuestaria: en subsidios se gastó 65% del año en 90 días (más de $ 1.000 millones). Y, para colmo, no alcanza; sin incluir que gran parte ya se consume en salarios, poco y nada queda para inversión o equipamiento • La obra pública a su vez superó 10% de lo previsto, pero hay alerta porque el gran gasto suele ejecutarse en el segundo semestre • También se sobrepasó la SIDE en 15% de lo asignado. No hay explicaciones al respecto • En provincias, sin duda por razones electorales, se vulneraron en 30% los aportes (los cuales, por otra parte, nunca fueron más arbitrarios que hoy). Igual no hay paz en el interior • Clima de desborde por un Presupuesto mal pensado y peor planteado: se fijó 4% de crecimiento y bordeará 7,5% este año, mientras la inflación se pautó en 7% y, como todo el mundo sabe menos Guillermo Moreno, estará en dos cifras, desconociéndose el número impar o par que la precederá.

Clásicos de la economía en tiempos de campaña: el gobierno ejecuta más el gasto en obras y acción social. Pero el récord se lo llevan los subsidios.

El primer vistazo a la forma en que el gobierno utilizó el gasto durante el primer trimestre de este año arroja dos certidumbres: no hay reparos a la hora de gastar en obras públicas, subsidios, planes sociales y fondos especiales a las provincias; todo un festival que alimentará la campaña electoral y por el que ya a esta altura del año se anticipa que Alberto Fernández deberá usar sus superpoderes para aumentar partidas. Con un Presupuesto 2007 que prevé un crecimiento de la economía de 4%, cuando todas las estimaciones lo ubican en no menos de 7,5%, es fácil deducir que habrá este año un nuevo incremento del gasto total. En algunos casos, esa aceleración deberá ser superior, de acuerdo con la ejecución actual, a la de 2006.   

No escatimó el gobierno en los primeros meses del año en el gasto en los servicios de inteligencia de la SIDE. De los $ 290 millones que tiene hoy el organismo como « crédito vigente» utilizó 15% más de lo que hubiera correspondido para el primer trimestre de 2007. Cualquiera de las partidas destinadas a obras, saneamientos o rutas está muy por encima de lo calculado. Sólo en el caso de los subsidios al transporte el gobierno ya gastó 66% de lo previsto para todo el año. Obviamente, no alcanzará.

Está acelerado también el gasto en los planes Jefas y Jefes -otro clásico de año electoral-, aunque en este caso es más difícil encontrar explicaciones: aunque esos planes están disminuyendo, ya se gastó casi 30% de los $ 2.734 millones destinados, cuando la ejecución no debería superar 25% en esos meses.

A las provincias llegaron también más fondos que lo estimado, quizás en parte por la asistencia a inundaciones, pero el momento no es el mejor: sólo 29,8% de los impuestos coparticipables se envía automáticamente a las gobernaciones; el resto va solo por decisión presidencial.

Obras públicas

En materia de obras de cualquier tipo no dejan dudas: su nivel del gasto a esta altura del año le gana a cualquier otra actividad del Estado, sea salud, educación, justicia o seguridad.

Por ejemplo, la Dirección Nacional de Vialidad, que en parte se encarga del mantenimiento y obras que se anuncian en el interior del país a marzo ya tenía utilizado 40,5% de los fondos asignados en el Presupuesto. Es decir, de los $ 3.211 millones con que cuenta para todo 2007, ya utilizó $ 1.299 millones.

El Ente Nacional de Obras Hídricas de Saneamiento, del que dependen muchos emprendimientos anunciados en campaña, había ejecutado a fines de marzo 34,3% de su gasto total cuando lo normal sería que se ubicara algo por debajo de 25%.

Cuando se trata de saber en qué áreas se prioriza a la hora de gastar, no parece haber excepciones en el gobierno. Uno de esos casos es el de la estratégica Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario, más conocida popularmente como ONCCA, que tiene a cargo desde este año el pago de subsidios a productores por compensación de precios en maíz, trigo, leche (uno de los más extendidos) y ganado, en su totalidad de feedlot.

Como todo subsidio en el mundo kirchnerista, allí tampoco se escatiman los pagos: de los $ 456,4 millones, gastaron $ 143,8 millones en el primer trimestre, lo que significa 31,5% del total. Es decir, también está adelantado el gasto. De seguir a ese ritmo, en este caso hará falta la lapicera de Alberto Fernández y con sus superpoderes permanentes, conseguidos en el Congreso mediante la reforma a la Ley de Administración Financiera del Estado, para que el organismo llegue a fin de año financiado.

Transportes

Pero ninguno de esos casos supera al rubro de las políticas hacia el transporte automotor y en ferrocarriles. Allí se exhibe la mayor aceleración en el gasto, integrado casi en su totalidad por los subsidios que maneja la Secretaría de Transporte. El dato es uno de los más retaceados en la administración pública: de los 1.545,8 millones presupuestados para todo 2007, se gastaron en sólo tres meses $ 1.025 millones, es decir 66,3% del total. A ese ritmo, el gobierno deberá incrementar nuevamente el monto total de subsidios al transporte (en 2006 lo hizo en seis ocasiones) para poder cubrir el segundo trimestre y casi triplicarlo para terminar el año.

Entre los ganadores de este año electoral está también el Fondo Nacional de Incentivo Docente. En medio del incendio social y las crisis con maestros en todas las provincias, los fondos se ejecutaron por encima del promedio general (33,5 por ciento), es decir, de los 1.618 millones de pesos calculados ya fueron entregados a las provincias más de 542 millones de pesos.

Pero no todos los sectores del gobierno tienen un nivel de ejecución en el gasto por encima del promedio general. Entre los retrasados hay casos más notables aún: el del programa de Administración Civil de las Fuerzas de Seguridad. Cualquier iniciado puede intuir que no está dentro de las prioridades oficiales: de la totalidad de los fondos asignados sólo se ejecutó en el primer trimestre 3,2 por ciento. Casi lo mismo que las obras en materia de política e infraestructura penitenciaria, en las que se utilizó sólo 5,5 por ciento.

Una suerte similar corrieron los programas de distribución de tierras que antes dirigía Luis D'Elía. Desde su salida del gobierno esa área pareció frenarse: «Acciones para la Provisión de Tierras para el Hábitat Social» sólo gastó 7,2 por ciento de lo que tenía disponible.

Esa relación entre muertepolítica de funcionarios y el gasto también se verifica en Romina Picolotti. Además de ocupar la Secretaría de Medio Ambiente, aunque fuera dejada de lado en el mayor conflicto que tiene el país en ese tema, como es el caso de las papeleras, es la cabeza de la autoridad de la cuenca Matanza-Riachuelo. En ese rol le corresponde el Guinness de los funcionarios que menos gastan: ejecutó en tres meses sólo 1,6% de los fondos que le asignaron para limpiar el Riachuelo.