Sobre economía: "La suba de la inflación es transitoria"
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El salario mínimo perdió un 26,5% real en la era Milei y casi 60% desde 2011
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Industria: uso de la capacidad instalada tocó en julio el nivel más alto de la era Milei, pero sigue debajo del 60%
• La economía argentina ha iniciado un proceso de crecimiento sostenido. Lo que un principio fue interpretado por los analistas de siempre como una mera recuperación temporaria puede ya considerarse, sin lugar a dudas, como el inicio de una nueva etapa en el modo del funcionamiento de la economía del país.
• Como consecuencia de las inadecuadas y, en ocasiones, irresponsables políticas económicas de pasado, la Argentina perdió hace décadas su lugar entre las naciones prósperas, y es todavía un país notoriamente empobrecido y particularmente injusto. Todavía no hemos salido del infierno.
• El PBI ya ha superado en más de 7% los máximos correspondientes al período de la precrisis. En términos per cápita, luego de una contracción superior a 23,2% desde el inicio de la recesión, hemos recuperado en un corto lapso los niveles previos, con un crecimiento promedio del producto por habitante de casi 7,3% anual. Hay que remontarse hasta las primeras décadas del siglo pasado para encontrar un desempeño semejante.
• Para poner en perspectivala gravedad de la crisis y la notable recuperación subsiguiente, la tasa de inversión en términos del PBI pasó de 11% -un porcentaje que no alcanza siquiera para reponer el capital que se amortiza anualmente-a más de 21% del tercer trimestre de 2005. Por supuesto que tenemos que reforzar esta tendencia, incrementándola dos o tres puntos por lo menos.
• La existencia de un panorama fiscal sostenible contribuye, indudablemente, a un escenario de mayor previsibilidad a la hora de proyectar el comportamiento futuro de variables macroeconómicas claves. En efecto, uno de los fundamentos del camino hacia la consolidación económica halla su origen en la sensible mejora operada en la situación de las cuentas públicas.
• La exitosa culminación del proceso de reestructuración de la deuda soberana en cesación de pagos, con el inédito ahorro de u$s 67.000 millones, permitió comenzar a restablecer la solvencia del largo plazo de las finanzas públicas. Aunque exigirá, sin duda, sostenidos esfuerzos de ahorro fiscal de aquí en más, el nivel y el perfil de la deuda pública son hoy manejables.
• En esta línea, un verdaderohito ha sido la histórica decisión de cancelar en forma anticipada y completa los pasivos por alrededor de u$s 10.000 millones con el FMI después de casi cincuenta años de dependencia financiera con este organismo, lo que implicó una reducción de alrededor de cinco puntos del PBI adicionales sobre la deuda bruta consolidada.
• El pago al FMI eliminó uno de los factores de condicionalidad que atenazaban la posibilidad de desplegar una política económica autónoma, en línea con las verdaderas necesidades de nuestro país y nuestra sociedad.
• En el frente externo, el superávit en cuenta corriente, que se situará este año seguramente por sobre 2,5 por ciento del PBI, se ha logrado gracias a una notable expansión de las exportaciones, que ya alcanzan los 40.000 millones de dólares anuales. La Argentina vende cada vez más productos de alto valor agregado: las exportaciones industriales son hoy en volumen 60% superiores a las de promedio de la convertibilidad.
• Desde un pico de pobreza de 57,5 por ciento y de indigencia de 27,5 por ciento de la población, se pasó a una tasa de pobreza de 34 por ciento y de indigencia de 12,5 por ciento, lo que significa que alrededor de 6 millones de personas lograron dejar la pobreza y 4 millones y medio de argentinos abandonaron su condición de indigentes. Estos factores se tradujeron en una mejora en los indicadores de la distribución del ingreso, aunque este camino muestra ser ríspido y sinuoso. El coeficiente de Gini, una medida estándar de distribución de los ingresos, observa una mejora continua, especialmente desde fines de 2003, fecha a partir de la cual observó una caída de 4 puntos porcentuales.
• En los últimos meses se ha observado una cierta aceleración inflacionaria, que reconoce su origen en una serie de factores concomitantes. Por un lado, la suba de precios internacionales de los comodities y las crecientes exportaciones de alimentos han provocado cierta inflación de origen importado. Además, en un contexto de crecimiento y de fuerte recuperación de la demanda agregada, la generalización de la mayor actividad económica a todos los sectores de la economía se ha traducido en un esperable ajuste de precios relativos entre servicios y bienes, que se da bajo la forma de un alza transitoria del nivel de precios.
• Resulta crucial evitar que los agentes interpreten como permanente un fenómeno inflacionario que es de naturaleza transitoria, y que el Estado y los propios consumidores asuman una actitud de activa defensa de sus intereses en esta lucha.
• Tiene que entenderse que nuestro modelo de crecimiento con equidad e inclusión está arraigado, sobre todo, en el incremento de la demanda interna y no puede permitirse que unos pocos se aprovechen del resto, desequilibrando vía precios. Actuaremos con firmeza en defensa del bolsillo de los consumidores, utilizando todas las herramientas con que contamos para evitar que la avaricia de algunos afecte por vía del aumento de los precios la capacidad de consumo de nuestro pueblo.
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