3 de junio 2002 - 00:00

Un broche acorde con terrible mayo

Un broche acorde con terrible mayo
No podía o, mejor dicho, no debía ser de otra manera, el cierre del mes coincidiendo con una rueda notoriamente bajista para las acciones del listado local. Con 4,6% de derrape, solamente agregaba más recortes sobre los precios de abril, pero no asombraba a nadie. Es que el recorrido trajo consigo tal desnivel, entre jornadas alcistas y bajistas, como en pocas zonas de la estadística. Un par de fechas, apenas, supieron quebrar la monotonía de los índices en permanente retroceso: y que alarmaban mucho más, si se veía la brecha con un dólar floreciente. El Merval clásico clausuró en los «317», perdiendo 18 por ciento mensual, lo que deposita en una marca dolarizada que no excede los «85» puntos. Con ello, retrotrae la historia bursátil accionaria, a la zona previa a encarar la gran subida de principios de los '90. Y, lo peor, en otro hábitat.

• Ni peso, ni pesos


Las acciones pasaron flotando por el mes, hacia donde las llevara el viento de otoño y cuanto -en lo financiero- el otoño argentino es un invierno crudo. Sin peso alguno, avasallados los locales por los CEDEAR y su presencia cada vez mayor (aquietados sobre el final) para completar el panorama adverso, el arribo de balances, la suspensión de cotizar de empresas que se iban al sótano del patrimonio, pedidos desesperados para que retorne el «ajuste por inflación» (que no salva a nadie, en la práctica, pero palia en lo nominal la balanza contraria). Pésimo mayo, cierre de carencias variadas: que van desde el capital, hasta el ánimo...

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