Una bola loca, saltando de casillero en casillero, sin saberse bien dónde se detendrá, aunque la volatilidad es en sí misma precisamente eso, la no radicación en ninguna zona de la escala de valor y recorriendo los precios a los saltos, a una velocidad de vértigo. La semana pasada, el mercado -y sus operadores-comían del mejor «faisán» con las utilidades soberbias e insólitas en sus motivos. El lunes empezaron por comerse las «plumas» del ave, para pasar a un martes de rebotes y que así como testeó un nuevo piso de «231» puntos, supo concluir en los «239», junto al cierre.
• Mayor calma
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La acción clave de todo índice, Grupo Galicia, se mostró ayer mucho más equilibrada en su recorrido, moviendo 2,1 millones de papeles y en una banda de flotación entre los $ 0,38 y los $ 0,42, con una clausura en un promedio de ambas puntas. La otra plaza esencial en las listas, Pérez Companc, trepó más de 2 por ciento y con intenso movimiento de $ 5,6 millones de títulos. Así se consolidó el rebotar de la víspera, que fue de 1,8 por ciento y abrevió la fuerte pérdida del día inicial. Nada había cambiado a favor en el contexto, solamente a través de algún argumento extrabursátil hay que sondear el rebotar de ayer. Si el elemento permanece o si fue sólo temporal. En resumen, casi un juego de azar, con acciones. Informate más
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