Tal vez hubiera hecho falta un poco más de interés de parte de los inversores, pero con apenas 1.290 millones de papeles en el mercado tradicional y 1.630 en el electrónico, de todas formas alcanzó para que el mercado terminara del lado ganador. No fue un rueda fácil, al menos no para los papeles tecnológicos que estuvieron gran parte del día del lado perdedor, pero para cuando sonaba la campana en el NYSE, el promedio industrial mostraba una mejora de 1,12% quedando en 9.796,8 puntos y el NASDAQ trepaba 1,09%. Si se quiere buscar algún motivo para la suba, al menos la del sector tecnológico, ésta puede justificarse con los comentarios de la gente de Oracle que cumplirán o inclusive sobrepasarán las estimaciones de ganancias que hay para el último trimestre. Independientemente de que fuera éste o no el disparador, lo cierto es que los ánimos estaban lo suficientemente entonados como para que se hiciera caso omiso a algunas advertencias negativas que emitieron los de Merrill Lynch. Casi podría decirse que el argumento para explicar la suba fue «muy chiquito», especialmente para un mercado que estaba buscando casi desesperadamente algo a lo que asirse para subir. Entre hoy y el viernes se conocerán un cúmulo de números, de esos que suelen mover realmente a los mercados, es bueno que el mercado los anticipe con una tónica alcista. Al frente de la mejora de las blue chips estuvieron Microsoft, United Technologies, Coca-Cola, McDonald's e Intel, sin otros verdaderos motivos que el haber estado entre los papeles más castigados en las ruedas anteriores. Los ánimos quedaron realmente mejor, inclusive mejor que el viernes pasado, pero fue todo desde lo local. Esperemos que el panorama internacional no complique las cosas.
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