10 de septiembre 2009 - 00:00

Dejan sin viajar a Malvinas a más de 100 familiares

No estarán en el cementerio de Darwin todos los familiares que en principio había comprometido el Gobierno. El viaje se cerró con menos pasajeros.
No estarán en el cementerio de Darwin todos los familiares que en principio había comprometido el Gobierno. El viaje se cerró con menos pasajeros.
La Cancillería decidió reducir el número de familiares de los muertos en el combate del Atlántico Sur que visitarán el cementerio de Darwin en octubre. Más de un centenar de deudos se quedarán en el continente sin la posibilidad de honrar la memoria de sus seres queridos en el archipiélago por el que ofrendaron su vida.

Un grupo de avanzada de la Comisión de Familiares hizo un viaje exploratorio a Darwin la semana pasada e intercambiaron carpetas de planificación con autoridades del Gobierno isleño. La cabeza visible del plan de apoyo logístico y cooperación en ceremonial para el homenaje en Darwin -con participación de la embajadora británica Shan Morgan- es el vicegobernador isleño Paul Martínez. Recibió en su domicilio al contingente adelantado de la Comisión y puntearon uno a uno los pasos del operativo de traslado de dos tandas de 240 familiares. En simultáneo, otro grupo adelantado de Cancillería integrado por el embajador Airaldi y el director de Finanzas negociaba en Santiago con la empresa LAN Chile las pax de los dos vuelos del Airbus A-340 previstos para el 3 y el 10 de octubre. Se pidió ese avión en lugar del A-320 que cubre esa frecuencia porque dispone de 256 plazas.

El secreto -como en tiempo de guerra- que rodea la rutina diplomática criolla y la discreción de la aerolínea chilena contratada impidieron conocer el porqué de la poda de más de un centenar de asientos a los familiares. La comunicación oficial de la Cancillería a los deudos cerró el viaje con los siguientes números: 170 pax para el vuelo del 3 de octubre y 205 para el del 10. El viaje para la inauguración del monumento en homenaje a los 649 caídos durante la guerra del 82 es un objetivo humanitario y político que asumió públicamente Cristina de Kirchner en 2008, al cabo de una audiencia que había concedido a la vicepresidenta de la Comisión de Familiares de los Caídos en Malvinas, Delmira de Cao. La negociación para el viaje a Malvinas surgió luego del encuentro que la Presidente mantuviera a fines de marzo pasado con el premier británico Gordon Brown, durante una reunión de líderes progresistas realizada en Viña del Mar, Chile. A partir de allí, por instrucción del canciller Jorge Taiana, el embajador Eduardo Airaldi, a cargo de la Dirección General de Malvinas y Atlántico Sur y su segundo Guillermo Rossi, tomaron las riendas de la organización burocrática del periplo que, se diría, ya fracasó en su objetivo humanitario.

El embajador Airaldi y su escudero, el ministro de primera Rossi, deshojan sendas margaritas a la espera de los plácet para cubrir las embajadas argentinas en Suiza y Honduras respectivamente. A Rossi lo sigue la mala fortuna: antes de asumir el cargo, Honduras rompió relaciones con la Argentina en represalia por la expulsión de Buenos Aires de la embajadora hondureña Carmen Ortez Williams, por expresar su apoyo al Gobierno de facto instalado tras el golpe de Estado contra el presidente Manuel Zelaya. Familiares del interior del país enterados de que no habrá lugar para todos los postulantes mostraron tristeza y bronca a este diario: ¿cómo confiar en que la Cancillería mejore la cuestión de la soberanía si sus funcionarios no pueden resolver que 480 personas visiten la tumba de sus hijos?

Es cierto que Relaciones Exteriores tuvo complicaciones financieras derivadas del recorte presupuestario ordenado por Economía a toda la administración pública nacional. Pero también lo es que la decisión política de alto nivel -la propia Presidente- se tomó mucho antes de la guadaña a las cuentas diplomáticas, sin mencionar que se trata de una misión, quiérase o no, con implicancia directa en el escenario del reclamo soberano. El Congreso convirtió en ley en junio pasado la designación de esas instalaciones como «lugar histórico nacional».

Entre los anotados para el homenaje en Darwin hay hijos de los muertos en combate, quienes como sus padres abrazaron la carrera militar y podrían vestir el uniforme de gala. La novedad no tuvo objeción por parte de las autoridades isleñas, habrá una sección de ceremonial de la British Forces South Atlantic Islands (BFSAI), la guarnición militar que mantiene el Reino Unido, que prestará colaboración en la rendición de honores a los caídos.

Antes de la partida del primer contingente, el cardenal Jorge Bergoglio dará una misa en la Catedral de la Ciudad de Buenos Aires junto a la imagen de la Virgen de Luján que será entronizada en el predio del cementerio de Darwin.

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