23 de diciembre 2010 - 00:00

Segunda perpetua para Videla por delitos en represión clandestina

Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez
Jorge Rafael Videla, Luciano Benjamín Menéndez
Jorge Videla, primer presidente del último turno militar, fue condenado ayer en Córdoba a prisión perpetua por delitos de lesa humanidad y deberá cumplir su pena en una cárcel común de esa provincia. El Tribunal Oral Federal 1 le aplicó igual condena a Luciano Benjamín Menéndez, aunque una junta médica determinará si su estado de salud le permite cumplirla en un establecimiento carcelario. La misma causa, que investigó la comisión de delitos de tormentos, homicidios y casos de privación ilegal de la libertad, terminó con las condenas de otros 21 acusados, 17 de ellos a prisión perpetua.

Se trata de la segunda perpetua para Videla luego del histórico juicio a las Juntas Militares de 1985, aunque en aquel caso el ex militar pudo eludir su cumplimiento gracias al indulto dispuesto en 1990 por el entonces presidente Carlos Menem. Volvió a ser encarcelado en 1998 en una causa en la que se investigó la apropiación de hijos de desaparecidos, aunque a los pocos días fue beneficiado con el arresto domiciliario. A fines de 2008, sin embargo, Videla fue detenido en una cárcel militar. Una vez ubicado en una prisión común de Córdoba, el ex militar esperará un nuevo juicio en Santiago del Estero por el asesinato de un estudiante, en 1976.

Las penas aplicadas están en línea con el pedido que había hecho el fiscal Maximiliano Hairabedian, quien había señalado a Videla como «máximo responsable» de la elaboración de un plan sistemático de eliminación de opositores políticos a la dictadura que encabezó.

El tribunal dio por probado que Videla, Menéndez y los otros 21 sentenciados fueron «penalmente responsables» de los delitos de «privación ilegítima calificada» de la libertad y de la «imposición de tormento agravado por la condición de preso político de la víctima, seguido de muerte». Entre los restantes sentenciados, hubo otras 16 condenas a perpetua; y cinco de 7 a 12 años de cárcel. En tanto que hubo 7 absoluciones.

Uno de los que recibieron la pena de prisión perpetua fue Enrique Mones Ruiz, quien encabezó un intento de golpe de Estado en los años 80 con el propósito de poner fin a los juicios por violaciones a los derechos humanos que motorizó el ex presidente Raúl Alfonsín.

Infiltrados

El TOF 1 de Córdoba llevó a juicio a los acusados por los crímenes de 31 presos políticos y el secuestro y las torturas a cinco ex policías de la provincia, señalados entonces como presuntos infiltrados de la guerrilla, así como al hermano de uno de los efectivos.

Entre los presentes en la sala se encontraban el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Eduardo Luis Duhalde, y el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel.

Los crímenes analizados fueron cometidos en el rango de acción de Menéndez, que en esa provincia oficiaba de comandante del Tercer Cuerpo del Ejército durante la dictadura. Al igual que Videla, ayer Menéndez aprovechó su alegato final para criticar al Gobierno nacional, al que calificó de «despótico», por entender que los argentinos vienen «soportando siete años de indignidad y oprobio».

También buscó desligarse de los delitos que le fueron imputados al plantear que «no hay lesa humanidad cuando se combate al combatiente armado». Videla había aprovechado el martes su alegato para sostener que los «derrotados» del régimen que encabezó son quienes gobiernan en la actualidad.

Las otras condenas a perpetua recayeron en Vicente Meli, Miguel Ángel Pérez, Gustavo Alsina, Mauricio Poncet, Jorge González Navarro, Raúl Fierro, Marcelo Luna, Calixto Flores, Yamil Jabour, Alberto Lucero, Carlos Yanicelli, Juan Molina y Miguel Ángel Gómez.

Fueron dictadas penas de 6 a 14 años de cárcel para Víctor Pino Cano, Emilio Huber, Carlos Hibar Pérez, Hermes Rodríguez, José San Julián, Fernando Rocha y Mirta Antón. En tanto que fueron absueltos Osvaldo César Quiroga, Luis David Merlo, Luis Alberto Rodríguez, Ricardo Cayetano Rocha, Gustavo Rodolfo Salgado, Francisco Pablo Daloia y José Antonio Paredes.

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