La primera Conferencia Climática Internacional y la 5° Cumbre Mundial de Economía Circular, organizadas por la provincia de Córdoba y la Municipalidad de Córdoba, marcaron una hoja de ruta estratégica de cara a la COP30, que se celebrará en noviembre de 2025 en Belém, Brasil. Durante tres jornadas de intenso debate (del 1 al 3 de julio pasado), se trazaron líneas de acción conjunta destinadas a fortalecer el desarrollo territorial sostenible.
Cambio climático: trazan líneas de acción conjunta rumbo a la COP30 en Brasil
En el evento participaron cinco gobernadores, 25 organismos y agencias internacionales, 120 intendentes, legisladores, funcionarios, académicos, especialistas procedentes de Argentina y 20 países.

El llamado por el cambio climático es claro: transitar de buenas intenciones a políticas públicas concretas y financiamientos verdes.
En el evento participaron cinco gobernadores, una vicegobernadora, 120 intendentes, legisladores, funcionarios, académicos y especialistas procedentes de Argentina y 20 países. Más de 25 organismos internacionales, agencias estatales, universidades y misiones diplomáticas estuvieron representados en los 28 paneles temáticos. Naciones Unidas catalogó el encuentro como un “Evento conmemorativo por los 10 años del Acuerdo de París”, en reconocimiento a su ambición y compromiso con resultados climáticos tangibles.
Durante el encuentro se firmó un Compromiso Regional de seis provincias -Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, La Pampa, Jujuy y Chubut-, subrayando el rol esencial de las jurisdicciones subnacionales en la lucha climática.
El acuerdo institucionaliza prioridades como la protección de la biodiversidad, promoción de la economía circular, transición energética justa con enfoque de equidad, género y diversidad, así como la cooperación interprovincial e internacional.
“Nuestra mirada se dirige al Ambiente, pero es también una mirada productiva. No somos negacionistas, entendemos las nuevas oportunidades”, aseguró el gobernador anfitrión, Martín Llaryora. A su vez, remarcó que los gobiernos locales son actores clave para enfrentar la crisis climática, impulsar la economía circular, proteger la biodiversidad y fomentar el financiamiento verde.
Claves de la transición energética y economía circular
Uno de los ejes centrales de la conferencia fue la seguridad energética y transición, con más de 40 expertos internacionales -incluyendo representantes del IPCC, ONU-Hábitat, ONU Mujeres, CAF y AFD- que evaluaron cómo acelerar la transición hacia sistemas energéticos sostenibles.
Allí, se discutió el rol de las energías renovables, el uso del gas como combustible puente en zonas como Vaca Muerta, y la infraestructura crítica necesaria (represas, redes de transmisión).
Paralelamente, la Expo Climática exhibió tecnologías, productos y servicios de economía circular e innovación energética, con participación de instituciones como CONICET, INTI y numerosas empresas del sector.
Impacto climático: 4 cifras que no pueden pasarse por alto
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613 eventos climáticos extremos -como tormentas, inundaciones y sequías- afectaron a América Latina entre 2000 y 2013, con consecuencias graves en población, infraestructura y economía.
La temperatura promedio en América Latina y el Caribe en 2024 fue 0,90°C superior al promedio 1991–2020, registrando uno de los años más cálidos jamás registrados, según la Organización Mundial de Metereología.
El nivel del mar en Sudamérica ha aumentado entre 2 y 3 milímetros por año en las últimas dos décadas, acelerando inundaciones costeras.
Desde 1961, el cambio climático ha reducido la productividad agrícola global en un 21%, cifra aún más grave en América Latina, donde la caída alcanza el 30–33%, afectando la seguridad alimentaria regional.
Hacia políticas climáticas territoriales
El trabajo de Córdoba en la agenda climática marca un camino replicable: una gobernanza multinivel que empodera a provincias, municipios, academia y sectores productivos, combinando objetivos climáticos con desarrollo económico local.
El llamado es claro: transitar de buenas intenciones a políticas públicas concretas y financiamientos verdes, alineados con el Acuerdo de París y la economía circular.
La COP30 de Belém se presenta, entonces, como una oportunidad para consolidar acuerdos federales en América Latina, en los que Córdoba se propone como ejemplo de articulación e innovación climática desde lo local hacia lo global.
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