7 de enero 2022 - 00:00

Bogdanovich: adiós a un baluarte de Hollywood

Director, actor, crítico, asistente y guionista: hizo de todo en defensa del cine clásico que más amaba, el de los fundadores. Dejó títulos brillantes como “La última película” y las comedias “Luna de papel” y “¿Qué pasa, doctor?

Peter Bogdanovich. El director de “Míralos morir” y “Luna de papel” murió ayer a los 82 años.

Peter Bogdanovich. El director de “Míralos morir” y “Luna de papel” murió ayer a los 82 años.

Tal vez el público masivo lo recuerde por su papel de actor en la serie de culto “Los soprano”, donde era el psicoanalista que controlaba a la sufrida terapeuta de Tony Soprano, Lorraine Bracco. Pero lo cierto es que Peter Bogdanovich, que murió ayer a los 82 años “por causas naturales”, según comunicó la familia, fue una de las principales fuerzas creativas en la llamada generación de “Easy Riders, Raging Bulls” del cine estadounidense de principios de los años ’70 (síntesis de los títulos de dos clásicos: “Busco mi destino” y “El toro salvaje”), una generación que incluye nombres como Martin Scorsese, Francis Coppola, Brian De Palma o Dennis Hopper.

Igual que varios de estos grandes cineastas, Bogdanovich también se inició en la industria del cine en las trincheras de las películas de bajo presupuesto de Roger Corman, pero con una diferencia importante: antes de ser técnico con aspiraciones a director, el joven Bogdonavich era critico de cine, tal como sus ídolos franceses François Truffaut y Claude Chabrol de la revista “Cahiers du Cinema”. Partes de aquellas criticas y entrevistas juveniles luego fueron compiladas en libros imperdibles como “Pieces of Time”, donde por ejemplo Marlene Dietrich aseguraba que a pesar de haber sido dirigida por Alfred Hitchcock y Orson Welles, solo había conocido a un verdadero gran cineasta, Joseph Von Sternberg.

Más que para otros directores, Corman fue esencial en la carrera de Bogdanovich no sólo porque con él hizo de todo, aprovechando al máximo los reducidos equipos técnicos cormanianos como factor de aprendizaje: siendo asistente de dirección en “The Wild Angels” terminó con un par de costillas rotas al tratar de ordenar la horda de motoqueros reales que actuaban en el film junto a Peter Fonda y Nancy Sinatra. Corman lo dejó dirigir una de sus producciones pero con condición imposible: tenía que incluir a Boris Karloff, que le debía unos días por haber caído enfermo en el rodaje de la comedia sobre Poe “El cuervo”. Asi surgió una de las operas primas más gloriosas de la historia del cine “Targets” (“Míralos morir”, 1968) en la que un francotirador psicópata ubicaba su rífle detrás de la pantalla del autocine donde se estrenaba una película de Karloff, logrando la paradoja que fuera el monstruo quien detenía al villano.

Desde luego, la obra maestra de Bogdanovich vino después con la brillante “The Last Picture Show” (“La ultima película, 1971) melancólica visión del viejo Hollywood que impuso la moda de volver a filmar en blanco y negro. La película fue ovacionada por la critica mundial y logro 8 nominaciones al Oscar, dos de las cuales eran para el propio Bogdanovich, que simultáneamente llegó a las páginas escandalosas de asuntos del corazón al abandonar a su esposa y socia, Polly Platt, por la protagonsita del film, Cybill Shepherd.

En los años siguientes rodó otros dos grandes film, tanto éxitos de critica como de taquilla: una fue la comedia de homenaje a Howard Hawks “What’s up Doc” (“¿Qué pasa, doctor?”, 1972) con los enredos alocados de Barbra Streisand y Ryan O’Neal recaudando tanto como “El padrino” y “La aventura del Poseidón” y la posterior comedia dramática policial “Paper Moon” (“Luna de papel, 1973) también regresando al blanco y negro con Ryan O’Neal y su hija de 9 años, Tatum (que se ganó el Oscar) como una dupla de padre e hija estafadores en la era de la Depresión. Para muchos esta es su mejor película, y no por nada influyó a Fabian Bielinsky para “9 Reinas”, al punto de que uno de los “cuentos” de los estafadores está prácticamente calcado.

Bogdanovich había entrevistado a Fritz Lang, quien aseguraba que el director jamás debía salir con su protagonista, pero no le hizo caso, y así su indulgente oda a Cybill Shepherd “Daisy Miller” fue un fracaso a todo nivel que casi acaba con su carrera. Pero el director, ya separado de su estrella se fue reponiendo en excelentes películas como el sórdido policial con Ben Gazzara “Saint Jack” (1979), censurado en la Argentina de la dictadura, e incluso llegó a estar de nuevo en plena forma en la sólida comedia “They all laughed” (“Nuestros amores tramposos”, 1981), que marcaba el debut de la conejita de Playboy Dorothy Stratten, otro gran amor del cineasta. Sólo que aquí lo golpeó la tragedia cuando el ex de la playmate la asesinó brutalmente en lo que fue uno de los mas sonados casos policiales de la era (fue filmado por Bob Fosse en “Star 80”). Dicen que Bogdanovich, que extrañamente luego se casó con la hermana menor de la difunta, Louise, nunca volvió a ser el mismo después de ese trágico episodio

Peter Bogdanovich, nacido en Nueva York de una familia que había huido del nazismo, nunca dejo de filmar, e inclusive se convirtió junto a Scorsese en uno de los máximos defensores de la restauración de films clásicos. En 2016 nos visitó en el marco del Bafici. Y además de en “Los Soprano”, también actuó a las órdenes de su admirador Quentin Tarantino como un DJ en las dos partes de “Kill Bill”.

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