Puenzo en el INCAA: "Cumplir y hacer cumplir la ley de cine"
Convocó a cada entidad a que este viernes presente, en un breve punteo, su visión del cine y del Instituto, para decidir mejoras en conjunto.
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Tres hechos singulares ocurrieron el pasado viernes en el INCAA cuando Luis Puenzo y Nicolás Batlle, sus nuevas autoridades, se presentaron ante las diversas asociaciones del quehacer cinematográfico allí convocadas. Primero, un largo y caluroso aplauso con todo el auditorio de pie, desde Bernardo Zupnik, presidente de la Academia Argentina de Cine, hasta los jóvenes de la ENERC, la escuela del INCAA. Nunca había pasado algo similar en ese ambiente. Segundo, Battle rescató la labor federalista de Julio Mahárbiz, cuya memoria está ninguneada desde hace décadas, y los esfuerzos de Juan Lima durante su breve paso como vicepresidente del INCAA. Que se destaque a gente de otro palo, tampoco había pasado en ese ambiente. Y tercero y principal, la dupla conductora pidió que el viernes próximo cada entidad exponga en un breve punteo su visión del cine y del INCAA, “así empezamos a discutir un diagnóstico más preciso. No pondremos delante lo que creemos saber, y créanme que sabemos”, dijo Puenzo, atento a escuchar primero las diversas opiniones de la gente de cine. Algo similar ya está haciendo con los empleados y gerentes del INCAA. Y eso tampoco había pasado, en los 60 años largos de vida del Instituto.
Ahí mismo algunos presentes anticiparon sus expectativas por, entre otras cosas, la pronta convocatoria del Consejo Asesor, la Asamblea Federal, la actualización de la ley de cine, la aceleración de trámites demorados por la burocracia, el pago de gastos que ahora están demorados por falta de firma, las denuncias que la administración anterior cajoneó, incluso algunas por acoso sexual, y el reclamo feminista por “el cupo igualitario”.
Ante ese aluvión, el nuevo presidente fue claro: “Nuestra consigna es cumplir debidamente la ley de cine, y hacerla cumplir. Lean la ley, tengan en claro cuáles son nuestras obligaciones y nuestras facultades. Para cambiarla hay que golpear las puertas del Congreso, no las del INCAA”. De hecho, Puenzo fue uno de los impulsores de esa ley, que provee al cine de fondos surgidos de las propias taquillas y no de los impuestos, y está de acuerdo en que ya hay que adaptarla a los nuevos formatos. Tras la reunión, dialogamos con él.
Periodista: Vimos que entre los presentes estaba el productor Alejandro Cacetta, a quien el gobierno anterior puso a cargo del INCAA en 2015 y casi enseguida sacó en beneficio de Haiek y García Uriburu.
Luis Puenzo: Recién hoy nos conocimos personalmente. Lo que pasa es que cuando hicieron esa operación miserable, con programas como el de Fantino difamando públicamente a Cacetta y a Pablo Rovito, salí a defenderlos. Y me pasó algo gracioso: justo había una manifestación por otro tema, alguien me reconoció, me puso un micrófono y sin querer quedé al frente de la manifestación, como Chaplin en una escena de “Tiempos modernos”.
P.: Entonces es cierto lo que le dicen sus hijos.
L.P.: “Viejo, siempre te metés en quilombos”. Pero cuando comenté que mi vice era Nicolás Batlle, aprobaron: “Bien, se necesita alguien sensato”. Y es cierto, Nico es muy sensato, además somos muy complementarios, hemos trabajado juntos varias veces, y también él con mis hijos. Con Lucía, además de ser productor ejecutivo de “Wakolda” desarrolló los Premios Gleyzer por todo el país. Y Pepe fue un cámara de su primera película, “Rerum Novarum”.
P.: Todos, formados en la ENERC.
L.P.: Nico, y tres de mis cuatro hijos. Ahí se conocieron. Yo, en cambio, aprobé el ingreso pero estuve apenas un ratito, porque no me coincidían los horarios. Trabajo en cine desde los 16 años.
P.: Y ganó el Oscar con “La historia oficial”, y dirigió a estrellas como Jane Fonda, William Hurt y Gregory Peck.
L.P.: Entonces mis hijos eran chicos y se sentaban en las rodillas de Gregory Peck. Ahora acaban de heredarme. La semana pasada, ante escribano, renuncié a mi parte en la empresa familiar Historias Cinematográficas. Ya no tengo más acciones, nada. Es exclusivamente de ellos. Así que cuando salga del INCAA, si me queda energía y quiero seguir dirigiendo tendré que ir a pedirles “¿me producen esta película?”. Por su parte, Batlle renunció a Magoya Films, lo que seguramente provocará daños colaterales a sus dos socios, porque formaban un trípode, y Rodríguez Peila, gran asistente de muchos directores y también productor y director, a quien elegimos como gerente general, renunció a Runa Films. Es lo que corresponde, empezamos por estar los tres en términos legales.
P.: Los tres conocen los pasillos del INCAA desde hace años, y también a sus empleados.
L.P.: Ahora que estamos del otro lado del mostrador les preguntamos cómo piensan ellos que se puede mejorar el servicio. El organigrama que hay es confuso, y queremos poner en valor a los empleados, conocemos a muchos desde hace años y nos consta que aman su trabajo. Además nos recibieron bien, de entrada nos sentimos mimados.
P.: En cambio algunas asociaciones feministas no piensan darle mimos, precisamente.
L.P.: Desde mis comienzos trabajé con montadoras, utileras, vestuaristas, productoras y demás, y nunca vi segregación de género en nuestro cine. Será que estaba miope. Luego, le doy un ejemplo, mi director de fotografía Félix Monti ha incorporado mujeres a su equipo desde mucho antes que el asunto se discutiera. En “Gringo viejo”, todos mexicanos, él puso a la foquista Tessa Davis, que solo hablaba francés y tenía bien cortos a los demás técnicos. Para mí nunca fue una cuestión de cupo. No me parece la mejor manera, pero si la mano viene así, bueno, hagámoslo. No soy machista.
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