16 de enero 2003 - 00:00

Divierte el nuevo film de Bond

Pierce Brosnan como James Bond
Pierce Brosnan como James Bond
«Otro día para morir» («Die Another Day», EE.UU.-Gran Bretaña, 2002, habl. en inglés y coreano) Dir.: L. Tamahori Int.: P. Brosnan, H. Berry, T. Stephens, J. Dench.

Hace mucho que un film de la serie Bond no tenía tantas novedades como su película número 20. Lo mejor es que los detalles originales nunca se apartan de los límites delineados en los 19 films anteriores.

El prólogo ultraviolento con tablas de surf, olas gigantes, campos minados y persecuciones en hovercrafts es uno de los mejores en la historia de 007. Luego, la secuencia animada de títulos es una oscura, atrevida fantasía sadomasoquista con un 007 torturado en medio de una estética años '70 y fondo musical a cargo de Madonna (con un cameo sutilmente perverso sin desperdicio).

Inmediatamente después, el amante del dry martini luce como un náufrago pelilargo y barbudo que, para colmo, termina siendo acusado de traidor al Servicio Secreto de su Majestad (lo quieren mandar al «centro de revaluación de agentes» de las islas «Falklands» (Malvinas), humillación a la que por supuesto se niega).

Pocos minutos después el clásico tema de Bond suena con ritmo tropical, debido a una curiosa visita del espía a Cuba. Siguen una lucha a capa y espada -de lo mejor que se ha hecho últimamente en la materia-, la seducción de una morocha y una rubia, Pierce Brosnan (der.) vuelve a ser James Bond en «Otro día para morir». En el centro, en breve participación, Madonna como la instructora de esgrima. un auto invisible, un palacio de hielo, villanos comunistas, las fantasías sexuales de la Señorita Monypeny, villanos karatecas horriblemente feos y la amenaza de una guerra nuclear que la CIA no piensa detener, pero Bond sí.

•Antecedentes

Quien crea que este 07 es más delirante que sus antecesores no recuerda la bizarra anatomía de Christopher Lee en «El hombre con el revólver de oro», las andanzas cósmicas de «Moonraker» o los planes diabólicos de Spektra en «Operación Trueno». Quizá lo más fantasioso sean las constantes referencias al mojito cubano, que cobra un curioso primer plano por sobre el tradicional dry martini.

De nuevo Bond es un fumador de habanos, y por primera vez en muchísimo tiempo, sus enemigos son comunistas... obviamente las facciones más radicalizadas de Corea del Norte. Con más violencia, más sexo, más humor irónico y más imaginación y libertad creativa que la mayoría de sus predecesores, «
Otro día para morir» triunfa en planos distintos, inclusive homenajeando el tesoro familiar -es decir, de la familia Broccoli-con guiños constantes a diálogos, situaciones, imágenes y gadgets de las películas anteriores -lo que permite que Brosnan huela con desconfianza un viejo zapato con arma blanca de 40 años atrás.

Como chica Bond,
Halle Berry tiene más libertad que cualquier otra colega anterior -tanta que ya hay rumores que su personaje protagonizará sus propias películas-. Y por primera vez, a una chica tan importante ni la matan como a la pobre Diana Rigg de «Al servicio secreto de su Majestad», ni tampoco le impiden dejarse seducir por 007 por algún prejuicio racial, como sucedió con la contundente Michelle Yeoh de «El mañana nunca muere» (el único ejemplo reciente similar a esta película).

El director
Lee Tamahori parece haberse divertido a lo grande homenajeando los 19 films anteriores de 007, aunque el más entretenido debe haber sido Vic Armstrong, director de segunda unidad responsable de las increíbles escenas de acción.

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