11 de julio 2002 - 00:00

El Colón gozó Pasión de Bach de alto nivel

Johann S. Bach: «Pasión según San Juan» BWV 245. Con la Camerata Bariloche, Grupo de Canto Coral y solistas. (5/7, Teatro Colón, org.: Festivales Musicales).

C omo de gran acontecimiento debe calificarse la representación, lamentablemente única, de esta Pasión, con sus complejas arquitecturas corales-instrumentales que toma como basamento el relato del Evangelio según San Juan, capítulos XVIII y XIX, donde se narra el arresto de Jesús y la negación de Pedro; su Juicio, Crucifixión, Muerte y Sepultura, con música de Bach.

En este sentido, el país debe estar orgulloso por contar con un músico erudito para el cual Bach no tiene secretos; se trata de Mario Videla, encargado de una concertación que estuvo muy cerca de la perfección; su versión concentrada y emocionante, fue capaz de crear un clima de auténtica grandeza y recogimiento.

Para lograr tan altos objetivos, Videla recurrió a muy buenos músicos locales, como las cuerdas de la Camerata Bariloche y el organista Enrique Rimoldi. También repatrió a instrumentistas y cantantes argentinos con residencia europea: el notable intérprete de viola da gamba Hernán Cuadrado, que participó con elocuencia; la laudista Evangelina Mascardi, discípula de Hopkinson Smith y residente en Italia; ambos son excepcionales.

En la línea vocal las más grandes ovaciones fueron para Gerd Türk, tenor alemán que hizo la agotadora parte del Evangelista; son admirables sus modulaciones e inflexiones teatrales para los relatos, el cantante -que lleva grabados más de 100 CDs- hace los «recitativos» con admirable convicción. El otro tenor vino del Japón y no estuvo a la altura de sus compañeros; en efecto, Makoto Sakurada fue el único punto flojo de la representación.

En cambio, la mezzo argentina Bernarda Fink parece estar en la cúspide de sus dotes vocales y que se consagraron en el aria 58, «Todo está consumado», impresionante cuando hacia la mitad cobra expresión violenta con el anuncio de la victoria de Judas.

«¿Cómo sería la voz de Jesús?»
le escuchamos preguntar una vez a Borges; tal vez ignoraba que para Bach era barítono, y en esta ocasión la voz de Marcos Fink fue la apropiada, así como la del incomparable Víctor Torres en el Aria de la Fe con el Grupo de Canto Coral, preparado a la perfección por Néstor Andrenacci. La soprano María Bisso hizo sus partes demasiado «líricas», sin desmedro de su bello timbre.

279 años pasaron desde su estreno, 252 que
Bach murió; y esta Pasión sigue rescatando el tremendo dramatismo del misterio del Gólgota, sus corales hacen esos hipnóticos tejidos polifónicos, esas filigranas sonoras que siguen asombrando y cumpliendo su destino inmortal.

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