25 de septiembre 2020 - 00:00

"Cuervo" Mortensen en San Sebastián

viggo mortensen. Un “cuervo” que recibe Premio a la Trayectoria.

viggo mortensen. Un “cuervo” que recibe Premio a la Trayectoria.

Con el escudo de San Lorenzo y la consigna “Me verás volver” en la remera, Viggo Mortensen volvió al Festival de San Sebastián, esta vez para recibir el Premio Donostia a la Trayectoria y presentar su primera película como director, “Falling”, un drama de padre homófobo (Lance Henriksen) contra hijo (el propio Mortensen) con el director David Cronenberg en el curioso papel de proctólogo.

Mortensen, Johnny Deep, Matt Dillon y Gena Gershon fueron las únicas estrellas internacionales de este año. En cambio abundaron las estrellas locales, todas con barbijo, como Elena Anaya, Blanca Suárez, Barbara Lennie, la directora Isabel Coixet, que recibió el Premio Nacional de Cinematografía, Javier Cámara y los directores vascos Aitor Gabilondo y Rodrigo Sorogoyen, que levantaron temperatura con sus respectivas series “Patria” y “Antidisturbios”. San Sebastián es el segundo gran Festival que se hace presencial (el primero fue Venecia). Se tomaron debidamente todos los recaudos, al punto de expulsar de la ciudad a un director, Eugene Green, por negarse a usar mascarilla. Con los vascos no se bromea.

Mañana se conocerán los premios de las diversas secciones. En Horizontes Latinos está bien situada la correntina Clarisa Navas, con “Las mil y una”. En la Oficial hay quien apuesta por Romina Escobar como Mejor Actriz por su papel de madre doliente en “Nosotros nunca moriremos”, pero la tiene difícil frente a la georgiana Ia Sukhitashvili, de “Dasatskisi” (“Beginning”, para el mercado internacional). Y no es esa la única rival. De ocurrir el milagro, Escobar sería la primera actriz trans galardonada en un Festival de primera categoría, y para mayor gloria lo sería por encarnar el personaje de una auténtica “cismujer”, como se dice ahora.

En cuanto a la película, tuvo buenos elogios de la crítica más intelectual, pocos aplausos, apenas una docena de cronistas en la rueda de prensa, y dos críticas lapidarias. Rodríguez Merchante, de “ABC”, resume: “las conversaciones se empantanan y el argumento sestea en un clima de ni frío ni calor que dan ganas de quitarse la mascarilla para sentir algo de riesgo y emoción”. Y Carlos Boyero, de “El País”, la incluye en un artículo titulado “Nada de nada”, que aplasta precisamente a las tres favoritas de la crítica intelectual: “Beginning”, “En la oscuridad”, lituana, y “Nosotros nunca moriremos”. De ésta reseña el argumento (una madre y su hijo menor ante la muerte de un familiar muy cercano) y sintetiza: “Les acompaño en el sentimiento, pero es imposible que sienta el menor interés por su plomiza historia”.

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