20 de abril 2006 - 00:00

Kevin Costner seduce (y actúa un poco mejor)

A Joan Allen la abandona su esposo, pero Kevin Costner le toca de vecino. Cosas queocurren en el cine.
A Joan Allen la abandona su esposo, pero Kevin Costner le toca de vecino. Cosas que ocurren en el cine.
«Enredos del corazón» («The Upside of Anger», EE.UU., 2005, habl. en ingl.). G. y Dir.: M. Binder; Int.: J. Allen, K. Costner, E. Christensen, M. Binder, K. Russell, A. Witt, E.R. Wood, T. Harper.

Es evidente que el matrimonio de la señora Terry Ann Wolfmeyer venía bastante mal. Cuando el marido no vuelve a casa (una linda casa de un lindo barrio suburbano rodeado de bosques del Estado de Michigan, porque para ver películas donde la gente sufre una vieja e inteligente ley del espectáculo dice que deben vivir en un lugar lindo), y la mujer descubre que la joven secretaria sueca del marido renunció imprevistamente y se volvió a Suecia, todo cierra para esta buena señora. Y se abren otras cosas.

Primero se abren la bronca, la depresión, y la transmisión del odio al prófugo, que las hijas reciben lógicamente, ya que también ellas se sienten abandonadas, aunque eso no parezca tomarlas muy de sorpresa. Se abre también una larga etapa de acritud y resentimiento generalizado, que todas van a sufrir.

El tema de la película es, precisamente, el daño que causan los resentimientos. Pero a la vez también se abre la puerta y entra el vecino, y luego ya él mismo abre la puerta y se invita a cenar, porque es un confianzudo, un ex deportista que hoy sólo bate records de cerveza y conduce uno de esos programas radiales donde el locutor discute con los oyentes, en fin, un grasa con plata, pero así y todo es el que le hace el aguante a la vecina, junto con las hijas, que son más vivas y dulces que ella, hasta que algo cambia. Y cambia para bien. Quizá James Brooks hubiera contado esto de modo más gracioso. Sin embargo Mike Binder no se queda demasiado atrás.

Descuida la continuidad, y por ahí apela a innecesarios lugares comunes, pero conoce el temperamento de los hombres y el de las mujeres, crea caracteres atractivos, e inserta debidamente los toques risueños. Además no solo hace lucir el rostro maduro de Joan Allen, sino que en su película incluso Kevin Costner actúa bien, más natural y relajado.

Para considerar: Binder es el autor de la serie «The Mind of the Married Man». Y en esta historia, bastante instructiva, se luce asimismo como el peor de los yernos, un degenerado que enamora a la más bonita de las hijas. Vale decir, no es ningún zonzo. En una de esas, conviene seguirlo.

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