Quizá sólo en Italia un hombre haya podido ser, al mismo tiempo, miembro del Partido Comunista y socio honorario del Rotary Club, cineasta independiente y conductor de la asociación que atiende los intereses de la industria, autor de documentales de agitación obrera y exquisito régisseur, y hasta gerente director de un teatro dedicado a los clásicos y la lírica. Ese fue Ugo Gregoretti, un personaje único, muerto a los 88 años el pasado viernes en su Roma natal.
Murió Ugo Gregoretti, personaje único de la pantalla italiana
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Tenía 23 años cuando entró a la RAI, Radiotelevisione Italiana, que todavía no había salido al aire. Allí aprendió el oficio de la imagen e hizo notables programas satíricos, de gran libertad expresiva, sobre Italia y los italianos, amén de valiosos registros televisivos, como “Sicilia del Gattopardo”, y buenas miniseries en la época de oro de la RAI.
De paso, él fue quien propuso nombrar a Santa Clara de Asís como Patrona de la Televisión y las Telecomunicaciones, lo que le valió la simpatía del papa Pío XII. En cine se destacan los también irónicos, y muy originales “I nuovi angeli” (la generación del milagro económico); “El pollo de campo”, corto antológico sobre la creciente sociedad de consumo que formaba parte de la película colectiva en sketches “Rogopag”: él era la G final del acróstico, y los otros eran Ro(ssellini), Go (dard) y Pa (solini); “Omicron, la fogosa criatura del planeta Ultra”. “Maggio musicale”, con Malcolm McDowell, y, ya con 86 años cumplidos, “Io, il tubo e la pizza” (“Yo, el televisor y la pizza”), irónica y nostálgica mirada sobre el Nápoles de sus recuerdos infantiles.
Dos años antes había escrito su autobiografía: “Finale aperto”. El resto fue recibir premios a la trayectoria, que, por suerte, le llegaron en abundancia.
Paraná Sendrós
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