«No te metas con Zohan» (Don't mess with the Zohan, EE.UU., 2008, habl. en inglés).Dir.: D. Dugan. Int.: A. Sandler, J. Turturro, E. Chriqui, N. Swardson, L. Kazan, I. Mosseri, R. Schneider, M. Buffer.
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Zohan es el máximo experto en antiterrorismo del ejército Israelí, pero nadie sabe que su verdadero sueño es convertirse en peluquero de señoras. Cansado de no poder expresarse, ni siquiera poder contarle su problema a nadie sin recibir chistes «de mariquitas», Zohan arma un plan para hacerse pasar por muerto y huye a Nueva York, donde sólo consigue un puesto de peluquero suplente en un local ubicada nada menos que en el barrio palestino.
Lo mejor de «No te metas con Zohan» es su audacia general al momento de hacer chistes con un tema tabú en el Hollywood de los últimos años (de hecho esta comedia estaba escrita cuando se produjo el ataque del 9/11 y debió posponerse todos estos años). Los chistes sobre las luchas entre israelíes y palestinos son pesadísimos, y a veces realmente divertidos, especialmente debido a que el archirrival de Zohan, un superterrorista llamado el Fantasma, está interpretado por John Turturro, y otro malvado palestino que finalmente esconde un buen corazon es otro actor de talento como Rob Schneider. Con tan buenos intérpretes no hay modo de que se noten mucho los tonos desparejos de un guión con algunos buenos gags, otros no tanto, y muchas repeticiones que redundan en una duración exagerada de casi dos horas.
El humor negro brilla en todas las escenas de combate, y el ojo certero del director Dennis Dugan se burla como nunca se ha visto en Hollywood del folklore de las tiendas de artículos electrónicos de tercera categoría de la parte baja de Nueva York. Algunos chistes son formidables, otros se pierden en el lógico intento de la película de dar un mensaje conciliatorio luego de tanta comedia negra y cruel.
Sandler está muy gracioso, y con todos sus altibajos, esta comedia es muy recomendable.
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