Mar del Plata — Un film de animación excepcional, y a la vez excepcional drama poético, “La más preciosa de las mercancías”, de Michel Hazanavicius, cerró esta mañana la Competencia Oficial del 39° festival marplatense de cine.
Pese al desdén oficial, Mar del Plata cerró con dignidad
Un largo de animación, “La más preciosa de las mercancías”, de Michel Hazanavicius (director de "El artista") cerró hoy la competencia oficial de un festival que se mantuvo a flote pese a sus múltiples obstáculos
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Siempre recordado por la comedia muda “El artista”, ganadora de 5 Oscars, Hazanavicius cuenta ahora la historia de una mujer que encontró una bebita junto a las vías del tren, los hombres que la protegieron y el padre que tuvo que dejarla allí porque era plena guerra y el tren iba rumbo al campo de Auschwitz. La música de Alexandre Desplat, la narración en la voz del recordado Jean-Louis Trintignant, el texto de Jean-Claude Grumberg, provocaron la mayor emoción de toda la competencia. Buen punto para la distribuidora que la trajo, aún sin fecha de estreno, y para el festival. Y otro punto: esta obra recién se estrenó en Francia el miércoles de la semana pasada.
Detalle curioso, la otra favorita del público, “Una pena real”, de Jesse Eisenberg, también alude al Holocausto, y también lo hace de un modo original, como una comedia levemente ácida donde dos primos recorren Polonia en un tour que pasa por el campo de Majdanek. Protagonistas, Kieran Culkin y el propio Eisenberg. Película sencilla pero sentida, es probable que pase por el escenario del Oscar, o de los Globos de Oro, para llevarse algún premio.
En cuanto a los premios locales, que se conocerán mañana. Angie Cepeda preside el Jurado, pero no está sola. Del resto, cabe anotar que, en conjunto, el Festival mantiene su esencia, un poco diluida por el escaso apoyo oficial y el desdén de un sector del cine adherido a la oposición, pero la organización no muestra fallas, la programación mantiene el nivel de siempre y el público llena algunas salas, incluso las más grandes (como ocurrió con “Megalópolis”, de Coppola, y “Los nibelungos”, de Fritz Lang) y deja otras casi vacías, como siempre (“Sujo”, candidata mexicana al Oscar, cuya directora viajó expresamente).
La experiencia está siendo buena y ya tiene fecha de continuidad: la 40ª edición será del 31 de octubre al 9 de noviembre de 2025, esperemos que con un presupuesto más decente y más estrellas. Este año ni siquiera hubo alfombra roja, pero al menos estuvieron unas cuantas figuras conocidas de estos pagos y otras, de otros lados, que merecen ser conocidas, como Vinko Tomicic, chileno que estudió aquí en la UBA, vive en Costa Rica y trajo un film boliviano muy aplaudido, “El ladrón de perros”, donde un lustrabotas busca acercarse a quien considera su padre robándole el perro para después presentarse como el que lo rescató).
Para tener en cuenta: después de tres años luciéndose con “Roma”, “El irlandés” y “La sociedad de la nieve”, parecía que este año no había ninguna presencia de Netflix. Error, apareció un lindo y emotivo film de animación inglés, “Aquella Navidad”, de Simon Otto, sobre niños y padres de un pueblo multirracial (tan multirracial como el equipo de la película, lleno de apellidos hindúes, pakistaníes, árabes, chinos y latinos). Acá se estrenará dentro de una semana.
También para tener en cuenta, tres documentales argentinos: “El Aristón”, de Gerardo Panero, sobre el parador marplatense diseñado por Marcel Breuer, miembro prestigioso de la Bauhaus; “Lalo”, de Alejandro Clancy, sobre Lalo Schiffrin con toda su gama de creaciones, jazz, banda sonora y clásica, y “Wainrot, tras las bambalinas”, de Teresa Costantini, retrato feliz del coreógrafo Mauricio Wainrot, un hombre divertido que compone ballets fuertemente dramáticos. Los tres documentales se vieron en salas casi llenas con un público que no se cansaba de hablar con los directores. Por paradoja, solo se estrenarán en circuitos alternativos, o en el Gaumont, que por suerte también se mantiene.
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