10 de febrero 2022 - 20:50

Adiós a Sam Lay, el baterista que le dio su estilo a los '60

Fue elegido por Bob Dylan cuando pasó del folk al rock a mitad de la década del '60.

Sam Lay.jpg

En el jazz, los bateristas como Chico Hamilton podían ser estrellas, pero en el blues no ocurría lo mismo. Por eso el baterista negro estrella del sello Chess de Chicago, Sam Lay es una figura relativamente poco conocida, y eso a pesar de que tocó con todos los grandes del género, desde Muddy Waters a John Lee Hooker, y fue elegido por Bob Dylan cuando pasó del folk al rock a mitad de la década del ’60. Lay, baterista esencial del que aprendieron todos los clásicos del rock inglés, murió a los 86 años después de varios problemas cardiacos en Chicago, ciudad que lo despidió como a un verdadero prócer.

Como casi todos los pioneros del blues, Lay había nacido en el Sur más profundo, en un pueblo de Alabama, de donde, dadas las pésimas condiciones en que vivía la comunidad negra, se fue ni bien pudo para probar suerte en Chicago, lugar que nunca abandonó. Su primer contacto con la música profesional ya fue junto a una leyenda, Little Walter, el hombre que viendo la revolución que había logrado Muddy Waters al electrificar el blues, decidió tocar una distintiva armónica eléctrica. Eso lo llevó a tocar para el mismo Waters en los estudios Chess, es decir la quintaesencia del blues. Pronto Lay se convirtió en el baterista estrella de tal estudio, llamado en sorna Cadillac Records debido a que sus dueños, los hermanos Leonard y Phil Chess, en vez de pagarle a sus músicos las debidas regalías por hits que daban fortuna, sólo les regalaban un brilloso Cadillac para que se lucieran a lo grande en el ghetto.

Pero, claro, eso era para los cantantes, nunca para un baterista, de modo que Sam Lay tenía que ganarse incansablemente la vida como sesionista de casi todos los artistas que caían en el estudio de la Avenida South Michigan 2120. No por nada así se llama un tema tocado por los Rolling Stones en sus inicios, y justamente uno de los mejores alumnos de Lay fue el joven Charlie Watts, quien cuando fue convocado por Jagger, Richards y Brian Jones, sólo tocaba jazz y no sabía nada de blues. Fue asi como Watts se encerró a escuchar una y otra vez cómo sonaba la batería en temas clásicos de Howlin Woolf, como “Little Red Rooster” y “Killing Floor”. Lay también grabó con otros grandes bluseros como John Lee Hooker, Magic Slim y Lightning Hopkins, además de tocar en el álbum más vendido de Muddy Waters, “Fathers and Sons”.

Si bien todo lo que había hecho previamente bastaba para convertirlo en el gran baterista de blues de la época, luego Lay fue protagonista de uno de los momentos claves de la historia de la música popular, el día en el que Bob Dylan dejó el folk y tocó en el festival de Newport asistido por la Paul Butterfield Blues Band, de la que por entonces Lay era el baterista. En 2015 Lay fue incluido en el Rock and Roll Hall of Fame junto a esa banda, la primera que mezcló músicos blancos y negros de Chicago, y tocó para todo el rango de público. Entonces, cuando Dylan armó su primera y verdadera banda de rock para su álbum esencial “Highway 61 Revisited”, incluyó a este baterista que decían que no tocaba la batería sino que “hacia cantar a sus tambores”.

Lay mantuvo una larga amistad con Dylan, quien estuvo presente o apareció a la distancia cada vez que le dieron premios o le rindieron honores. Músicos como Iggy Pop aseguraron que era una figura única más allá de lo musical, por su extrovertido y carnavalesco look de músico de banda militar que hasta incluía toda la parafernalia del bastonero, que es lo que fascinó al cantante de The Stooges cuando era muy joven. Quienes quieran conocer más de Sam Lay deberían ver el documental nominado al Grammy de Alan Johnson “Sam Lay en Bluesland” donde el baterista cuenta cómo bromeaba con Dylan sobre su look y su peinado de los ’60. diciendole que parecía salido de una canción de Muddy Waters, “Econtre el nido de un pájaro en el piso”

Dejá tu comentario

Te puede interesar