9 de julio 2021 - 00:00

Moreno: "La ficción se encarga de relatar lo que los historiadores omiten"

La exitosa producción, que se vio en la TV de aire y el streaming, inicia el lunes un nuevo ciclo en la señal de cable A&E.

El patrón del mal. Andrés Parra, en su papel de Pablo Escobar.

El patrón del mal. Andrés Parra, en su papel de Pablo Escobar.

¨Se sembró la idea de que en Colombia se han producido muchas series de narcos y que no deberían hacerse más. Pero, muy por el contrario, si la historia y el periodismo tienen esa gran deuda de hablar del tema, es bueno entonces que lo haga la ficción, que opera como espejo social. En mi país recién estamos empezando a hablar de este fenómeno¨, dice a este diario el colombiano Carlos Moreno, director de ¨Escobar, el Patrón del mal¨ (2012), la serie de Caracol Televisión que en la Argentina estrenó Canal 9 y más tarde pasó a Netflix. Desde el próximo lunes, a las 22, se la podrá ver por la señal de cable A&E, en frecuencia diaria de lunes a viernes (el cable aún tiene un alcance nacional mayor que las plataformas de streaming). Dialogamos con Moreno.

Periodista: ¿A qué atribuye el éxito de las narcoseries?

Carlos Moreno: El revisionismo histórico y el periodismo tienen una deuda no resuelta con la sociedad y quizá este tipo de producciones la haya empezado a saldar. El narcotráfico en Colombia ha sido una revolución social, ha generado un cambio muy profundo y fue la lamentable manera en que las clases populares tuvieron acceso al poder y a la riqueza. Falso poder. En todas las familias y el vecindario tenemos un testimonio sobre esto, una anécdota, o una tragedia. Ese tipo de texturas pasan a veces por debajo de la información periodística o la historia que se cuenta y las narcoseries dan cuenta de esa cotidianeidad. Allí radica la conexión entre la serie y los espectadores.

P.: ¿En que difiere esta serie sobre Pablo Escobar de ¨Narcos¨ o ¨El Chapo¨?

C.M.: Los autores, Juana Uribe y Camilo Cano, fueron los primeros en lanzarse a contar esta historia. Después vino la epidemia de ¨Escobares¨. Dar el primer golpe en la mesa dio una ventaja histórica. Tuve la experiencia de participar en “El Chapo” y me ofrecieron también dirigir algún capítulo de ¨Narcos¨ pero no quise; las de mayor presupuesto eran más industriales, con un esquema de producción más riguroso y obediente como estructura de guión. Ésta, en cambio, pudo ser más autónoma, se permitió un juego. La diferencia esencial entre “El patrón...” y las otras proviene de la intimidad del relato gracias al personaje de Escobar que construyó Andrés Parra, de manera singular respecto a otros capos de otras series.

P.: ¿Esa construcción del personaje es más mérito del actor que del guión?

C.M.: Casi la totalidad de lo que ocurría con el personaje de Escobar fue creado por Andrés. La serie le debe mucho a la generosidad de los actores que desobedecían por momentos, y en el buen sentido, el libreto. Tuvieron carta abierta a sus propuestas, a la reinterpretación, y esto le confirió un tono muy particular a los personajes. En los pequeños detalles residió la cercanía con el mundo popular. Por ejemplo, Escobar y su primo comían con cuchara y eso fue propuesta de los actores, lo que dota al universo de gran aproximación a lo popular. Eso no estaba previsto en los guiones.

P.: ¿Qué diferencias encuentra entre esta producción y las vinculadas con el narcotráfico como ¨Breaking Bad¨ u ¨Ozark¨?

C.M.: La manera más eficaz para hablar del narcotráfico en Colombia no es la épica. Traigo como ejemplo el cine de Coppola, Scorsese o De Palma, una épica sobre el crimen organizado. En Colombia es diferente y la TV y el cine colombiano tienen esa deuda. ¨Breaking bad¨ es un buen ejemplo para hablar de lo particular, de una situación familiar y cómo es atravesada por el narcotráfico, cómo es corrompida. En nuestro país el narcotráfico ha atravesado amistades, familia, barrios. Mal que bien nosotros somos nuevos en esto.

P.: ¿Conversaron con familiares, amigos o enemigos de Escobar para enriquecer el relato?

C.M.: La serie se basa en la investigación exhaustiva realizada por el periodista y ex alcalde de Medellín, Alonso Salazar, y que figura en su libro ¨La parábola de Pablo¨. Imagino que desde su libro, hasta el guión y nosotros al ensayar, tuvimos encuentros y conversaciones, algunas están aún bajo cobijo de la prudencia por no decir secreto.

P.: ¿Pudieron eludir la pretensión de realismo por tratarse de una biografía?

C.M.: Por supuesto. Es absurda la pretensión de reconstruir cinematográficamente la realidad; eso es un propósito inútil. La misma condición del cine de que hay una cámara y un punto de vista destruye el concepto de la realidad. Obviamente se trata de contar una historia, captar la atención del público y llevarlo con la zanahoria del entretenimiento. Lucho permanentemente por mantener la rigidez de la coherencia; si eso se rompe, se cae la estantería. Siempre que haya esa pretensión de llevar a la ficción hechos reales hay una ruptura irreconciliable.

P.: La serie llega por primera vez al cable luego de casi una década de verse o por aire o por plataformas como Netflix, ¿qué puede decir de los nuevos canales de distribución?

C.M.: No hay manera de que alguien diga que tiene la verdad absoluta respecto de la distribución y exhibición de contenidos. En ¨Escobar¨ hay un fenómeno que quizá ni yo mismo entienda. Cuando me llamaron para este proyecto los productores sabían que tenían entre manos algo grande pero nosotros no imaginábamos cuánto. Sabíamos que había una campaña inmensa y creíamos que íbamos al combate, no a la guerra. No termino de entender el fenómeno y quizá yo sea la pieza de engranaje más pequeña de todo esto.

Dejá tu comentario

Te puede interesar