«La mujer de mi vida» (Hatouna Mehuheret, Israel-Francia, 2001, habl. en hebreo). Guión y dir.: D. Kosashvili. Int.: L.L. Ashkenazi, R. Elkabetz, M. Moshonov, L. Kosashvili.
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Sería interesante conocer a la esposa de Dover Kosashvili, joven israelí de origen georgiano, que acá debuta como director. Por lo pronto, quien hace de madre en la película, Lili Kosashvili, es su madre en la vida real, y a juzgar por la imagen parece una persona bastante temible. De esas matronas macizas y cansinas, que con cara de sufridas van imponiendo su voluntad por la vida.
Son fáciles de reconocer. Generalmente, las acompaña un marido de tamaño insignificante, dispuesto a saltar como gallito de pelea para imponer su voluntad, es decir, la de la patrona. Y encima, estas pobres mujeres tienen el apoyo de toda la parentela, en lo que sea. Para el caso, es decir, la comedia costumbrista que ahora vemos, el asunto es seleccionarle «una buena chica» al hijo treintañero, y apartarlo de su amante marroquí, mayor que él, divorciada y con hija. Esa mujer es muy apetecible pero no le conviene, dice toda la familia, e invade el departamento. ¿Hace falta decir que el infeliz arriesga terminar con una chica de esas que al segundo mes ya tienen para siempre cara de fastidio, y a los dos años ya tienen las caderas de la suegra (y a los veinte la espalda)? ¿Y que al infeliz del padre le ocurrió algo parecido cuando era joven?
La obra dice lo suyo apelando a un buen elenco, y a una estructura teatral, con dos actos de muchos figurantes, y entre medio dos figuras concentradas en un acto sexual bien animoso y bastante creíble. Llama la atención este detalle en el cine familiar israelí, pero también llama la atención el ritmo despacioso de la puesta. En esto, más que nada, «La mujer de mi vida» se aparta de otras películas del mismo origen, y acaso delata la procedencia georgiana de su autor. La misma de Otar Iosselani, los hermanos Senghelaia, y otros maestros de la cadencia sutilmente cronometrada. A eso ha de aspirar, quizá, el joven Kosashvili. Veremos qué dice su madre.
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