19 de octubre 2025 - 15:51

Tener trabajo ya no garantiza salir de la pobreza: más de 4,5 millones de ocupados no cubren la canasta básica

Un informe advierte que más del 21% de los ocupados del país es pobre, lo que equivale a unos 4,5 millones de personas. La pérdida de poder adquisitivo, la informalidad y la baja productividad explican por qué tener empleo ya no garantiza cubrir la canasta básica en la Argentina.

La situación de los ingresos en la Argentina afectada por la situación económica.

La situación de los ingresos en la Argentina afectada por la situación económica.

El relevamiento realizado por IERAL, de la Fundación Mediterránea, subrayó que la pobreza “es, en parte, un reflejo del funcionamiento del mercado laboral”, donde el deterioro del poder adquisitivo, la precariedad y la informalidad impactan directamente en los ingresos de los hogares. Entre los desocupados, la tasa de pobreza asciende al 58,9%, pero lo más alarmante es que incluso entre quienes tienen empleo el fenómeno sigue siendo masivo. “Tener trabajo ya no garantiza escapar de la pobreza, especialmente cuando se trata de ocupaciones precarias o de baja productividad”, advierte el reporte.

El empleo informal, principal foco de vulnerabilidad

El estudio destaca que la calidad del empleo es el factor determinante en la probabilidad de ser pobre. Entre los trabajadores independientes no registrados, el 40,5% no alcanza a cubrir la canasta básica, mientras que entre los asalariados informales el porcentaje llega al 37,5%. En contraste, la incidencia baja al 12,3% entre los autónomos registrados y al 9,7% entre los empleados formales.

La formalidad, aunque ofrece cierto resguardo, no resulta suficiente. Los ingresos en el sector formal suelen ser más altos y estables, pero en muchos rubros continúan siendo bajos. El estudio menciona el servicio doméstico como ejemplo paradigmático: pese a los avances en la registración, la vulnerabilidad económica persiste.

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El estudio destaca que la calidad del empleo es el factor determinante en la probabilidad de ser pobre.

El estudio destaca que la calidad del empleo es el factor determinante en la probabilidad de ser pobre.

Entre los inactivos —personas que no trabajan ni buscan empleo por edad, estudio o desánimo— la pobreza afecta al 35,2%, mientras que entre los menores de 14 años asciende al 45,4%. En este último grupo, la Asignación Universal por Hijo (AUH) cumple un rol clave: llega a más de 4 millones de niños y contribuye a reducir la indigencia, aunque no siempre alcanza para sacar a las familias de la pobreza.

Desigualdad territorial: el mapa de la informalidad

El problema se agrava cuando se observan las diferencias regionales. Las provincias con mayor informalidad laboral son también las que concentran más trabajadores pobres. Tucumán, San Juan, Salta, Santiago del Estero y Formosa encabezan el ranking, con más de la mitad del empleo fuera del sistema formal.

Estas jurisdicciones, con estructuras productivas poco diversificadas y fuerte presencia de actividades rurales o de servicios personales, enfrentan las tasas más elevadas de precariedad e ingresos bajos.

En cambio, las regiones con mayor industrialización o desarrollo de servicios formales —como Buenos Aires, Córdoba o Santa Fe— presentan niveles de pobreza laboral más moderados, aunque también crecientes frente a la pérdida del poder adquisitivo.

El IERAL advierte que la Argentina necesita generar empleo, pero sobre todo empleo de calidad. “La creación de puestos en sectores de baja productividad puede mejorar las estadísticas de ocupación, pero no resuelve el problema de fondo: los ingresos laborales insuficientes”, señalan Caullo y Belich.

Para revertir esa tendencia, el informe propone fortalecer la capacitación técnica, promover la formalización y fomentar empleos en actividades de mayor valor agregado. “Invertir en capacidades y generar incentivos a la contratación formal no solo mejora los ingresos, sino que reduce las brechas de vulnerabilidad”, destacan los autores.

El documento insiste en que la erradicación de la pobreza requiere mucho más que programas de asistencia. Plantea la necesidad de una estrategia sostenida de crecimiento con productividad, acompañada por políticas activas que favorezcan la inserción laboral formal y estable.

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