2 de febrero 2023 - 00:00

Hay espíritus sangrientos que no conservan amistades

La comedia negra del irlandés Martin McDonagh, candidata al Oscar, se apoya en un argumento bizarro y tiene grandes interpretaciones de Colin Farrell y Brendan Gleeson.

los espíritus de la isla. Brendan Gleeson (izq.) y Colin Farrell en el film del irlandés Martin McDonagh, que reúne varias nominaciones a los próximos Oscar, incluyendo el de Mejor Película.
los espíritus de la isla. Brendan Gleeson (izq.) y Colin Farrell en el film del irlandés Martin McDonagh, que reúne varias nominaciones a los próximos Oscar, incluyendo el de Mejor Película.

Hay una línea delgada entre lo travieso y lo macabro en las historias de gente que, por motivos extraños, decide solucionar asuntos mutilándose sus dedos. Hitchcock se divirtió a lo grande cuando hizo que Steve McQueen apueste su meñique contra Peter Lorre en la adaptación de “El hombre del sur”, de Roald Dahl, en uno de los mejores episodios de su serie “Alfred Hitchcock Presenta”, y James Woods sufrió el severo método para dejar de fumar en “Los ojos del gato” de Stephen King. Pero aun en las más fuertes películas de yakuzas, las escenas de automutilaciones digitales mostraban este humor sardónico, como cuando en una de las “Batallas sin honor”, de Kinji Fukasaku, un gangster novato se corta el dedo como remedio a una ofensa y ningún miembro de la pandilla sabe como hacerlo, apenas una anciana dice que cuando era chiquita un mafioso lo había hecho.

En “Los espíritus de la isla” el director y guionista Martin McDonagh reúne a sus actores de “Perdidos en Brujas”, Colin Farrell y Brendan Gleeson, en una extraña fábula que mezcla la típica excentricidad irlandesa con una comedia negra que se vuelve más oscura y, en un punto, existencialista. La trama comienza cuando una eterna amistad acaba de romperse sin que uno de los dos amigos, Colin Farrell, entienda por qué Brendan Gleeson ya no quiere sentarse a su mesa a tomar su pinta de cerveza en el único pub de la miserable islita donde viven, alejados del mundo en la violenta Irlanda de 1928. Tal vez haya sido algo que dijo borracho y no recuerda, piensa el rechazado del dúo, pero luego de insistir y de que ninguno de los lugareños comprenda el motivo de esta separación, Glesson, que viene sufriendo picos de depresión que remonta tocando en el pub su violín, confiesa que no aguanta mas la estupidez de su amigo y sus monólogos de dos horas sobre las heces de su burro. Hay que reconocer que el personaje de Farrell es un pesado que no tolera que no lo aguantan mas, y sigue tratando de acercarse a su ex amigo. Hasta que el asunto se pone mas serio cuando Gleeson asegura en público que si vuelve a dirigirle la palabra se cortará un dedo de la mano. La película, bien excéntrica, empieza un poco lentamente y demora en enganchar al espectador en su mundo de conflictos absurdos y la constante tensión de los tiros y explosiones de la guerra civil que se escuchan desde las otras islas. Pero en el momento que Gleeson arroja su amenaza el conflicto explota y se vuelve intenso y atrapante, sobre todo a partir del punto en el que parece que cumplirá su insólita amenaza.

Como esta es una película del director de “13 psicópatas” y “Tres anuncios por un crimen”, aquí todo puede pasar y la relación cuyo posible homoerotismo es insinuado por el cura del pueblo, decanta en los oscuros rincones del espíritu humano que parece intensificarse en estos parajes irlandeses, filmados con todo el talento de McDonagh. Con nueve nominaciones al Oscar, ésta podría ser perfectamente la película ganadora. Brendan Gleeson también interpreta temas de la atractiva banda sonora de Carter Burwell.

D. C.

“Los espiritus de la isla” (“The Banshees of Inisherin”, Irlalnda, 2022). Dir.:M. McDonagh. Int.: C. Farrel, B. Gleeson, K. Condon.

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