Fin de año es una época llena de festejos, entre ellas está Navidad, una de las celebraciones más disfrutadas por grandes y chicos. Aunque se cree que son fechas de pura alegría y celebración, muchas personas coinciden en que estas fiestas pueden despertar una sensación de estrés y ansiedad.
¿Navidad afecta al cerebro? Esto dice la ciencia
A pesar de ser una fecha festiva, muchas personas pueden sufrir tristeza o angustia. Acá, las explicaciones de los expertos.
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Se trata de un estado de tristeza y melancolía que puede afectar el cuerpo, característico de esta fecha, y se le llama "depresión blanca". Los expertos explican que los motivos son diversos, pueden ir desde un posible recuerdo traumático asociado a la fecha, un espíritu positivo colectivo que puede reforzar un malestar individual o un sentimiento de obligación a la hora de organizar eventos.
¿Cómo impacta la Navidad en nuestro estado de ánimo?
La "depresión blanca" no se considera un trastorno, sino un estado de ánimo temporal, señala el Instituto Nacional de la Salud Mental (NIH).
Según explica al sitio de noticias El Español, Gema Cabañero, directora de I+I+D de 180 the concept nutricosmética: “La depresión blanca o blues de Navidad se trata de un estado de ánimo negativo que nos invade en las fechas navideñas. Al contrario de lo que se cree, esta afección no solo afecta a nuestro humor y es que también puede reflejarse en nuestro rostro o en consecuencias estéticas como la caída del cabello, acné, inflamación cutánea, arrugas o piel apagada”.
¿La Navidad afecta al cuerpo?
Consecuencias de la Navidad en la piel
La especialista afirma que este fenómeno se puede plasmar en piel ocasionando grasitud excesiva, urticaria, brotes de acné y caída del cabello.
Baja en las defensas del cuerpo
Tanto el estrés como la ansiedad nos afectan físicamente y se padece de forma continuada, hace que los niveles de cortisol permanezcan elevados. Esta hormona se encarga de inhibir el sistema inmunológico.
Por su parte, la directora y fundadora de P&P Clinic, Patricia Palma Maldonado coincide en esta cuestión y afirma: “El bienestar emocional va de la mano del físico, por lo que, si este se derrumba, lo más probable es que nuestro cuerpo empiece a mostrarlo”.
“Los largos periodos de ansiedad y estrés pueden debilitar las defensas, por lo que no es raro notar como nuestra salud bucodental se resiente. Algunas de las consecuencias más comunes son las apariciones de herpes o el llamado bruxismo, que provoca dolores en la mandíbula debido a tensar los músculos faciales o rechinar los dientes”, asevera.
Además, Maldonado explica que muchas veces ciertos hábitos involuntarios que se realizan continuamente como respuesta a una situación de estrés son los culpables de las consecuencias negativas que este tiene en nuestra salud. Por ejemplo en el caso de la dentadura, el más común es el bruxismo.
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