Emprendedoras en tiempo de pandemia: "Trabajamos gratis para conservar clientes"

Con el esfuerzo de hoy, Luciana y Silvina Salaün apuestan a la pospandemia como una inversión: "Cuando nuestros clientes puedan volver a pagarnos, lo van a volver a hacer"

Luciana y Silvina. Son gemelas y defienden su empresa: “Teníamos dos opciones: entregarnos o pelearla. Elegimos lo segundo.

Luciana y Silvina. Son gemelas y defienden su empresa: “Teníamos dos opciones: entregarnos o pelearla. Elegimos lo segundo.

Nadie imaginó un 2020 como este. La pandemia alteró todos los planes y cada uno enfrenta el desafío como puede, esperando el día después. Empresas grandes, chicas, trabajadores independientes, debieron adaptarse a las nuevas reglas de juego. Hay historias de todo tipo. El caso de Luciana Salaün y su hermana Silvina es una de las tantas que muestra el sacrificio que imponen estos tiempos difíciles. Juntas fundaron su empresa de marketing y prensa especializada en el sector del turismo y la gastronomía hace ya diez años. Pasaron distintas crisis pero, con esfuerzo, fueron creciendo hasta llegar, a comienzos de este año, a tener unas veinte cuentas entre hoteles y restoranes en distintos puntos del país. Hasta que un día -el 20 de marzo pasado- todo se derrumbó. La cuarentena impuso un aislamiento total y el sector en el que trabajan fue uno de los más afectados. De un día para el otro dejaron de tener ingresos por clientes que, ante la falta de facturación, no podían seguir contratándolas. Un momento clave en el que había que tomar decisiones.

“ Teníamos dos caminos: entregarnos o pelearla. Elegimos lo segundo. Hoy nuestros clientes, muchos de los cuales nos acompañaron en nuestro crecimiento, no pueden pagarnos pero, en vez de cortar la relación, decidimos seguir apoyándolos, trabajando gratis, porque esto va a pasar y esperamos que sigan contando con nuestros servicios cuando ellos se recuperen” explicó Luciana, directora de Salaün Consulting.

Mantienen reuniones virtuales periódicas con cada una de las empresas, elaboran propuestas, diseñan estrategias, generan acciones de prensa o comerciales, todo como si el mundo no hubiera cambiado pero pensando en que, tarde o temprano, va a volver a cambiar. “Es una cuestión de energía, de motivación, de contagiar optimismo y de solidaridad. Si nuestros clientes se caen, nos caemos nosotras también” agrega.

No es fácil. Hay días en los que la angustia gana su pequeña batalla pero una y otra se dan ánimo mutuamente fortaleciendo ese lazo que sólo las hermanas gemelas pueden tener: “Por suerte somos dos y cuando una está bajoneada, la otra la levanta. Mantenernos activas, generando cosas, nos hace no decaer”

Ante dinero que no llega, Luciana vive estos días de sus ahorros (“Por suerte siempre fui austera”) y ajustando gastos. La idea es aguantar este temporal: “Nuestra empresa nos dio muchas gratificaciones en estos años. Es algo propio por lo que tenemos que luchar. Tenemos con nuestros clientes un trato muy especial, muy humano y sabemos que cuando puedan van a volver. Por eso seguimos trabajando. Para el día después”.

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