12 de junio 2007 - 00:00

El tango, una industria multimillonaria con pies de barro: es sólo para turistas

Academia de tango en San Telmo: los alumnos (igual que en los shows, las milongas y hastaen las disquerías especializadas en tango) son en su mayoría turistas extranjeros.
Academia de tango en San Telmo: los alumnos (igual que en los shows, las milongas y hasta en las disquerías especializadas en tango) son en su mayoría turistas extranjeros.
El tango dejó de ser tan sólo una costumbre popular de nuestra cultura. Hoy representa mucho más que eso: al convertirse en una de las principales atracciones turísticas del país, también se transformó en un negocio de más de $ 20.000 millones al año. La cifra surge de estimaciones elaboradas por el Area de Estudios de Mercado y Estadísticas Turísticas de la Subsecretaría de Turismo de la Ciudad de Buenos Aires. La estimación, según expertos, sería conservadora porque de hecho la cifra sería aun más alta. En la actualidad, miles de turistas desfilan por las calles de las principales ciudades de la Argentina en busca del espíritu tanguero. Sólo en la capital del país, centro del tango por excelencia y tradición, hay registradas 140 milongas, según indica el site oficial del Gobierno porteño dedicado a este género (tangodata.gov.ar). De hecho, el rubro principal de imagen con la que los turistas extranjeros identifican a Buenos Aires es el tango.

Sin embargo, este negocio no sólo se produce en las tanguerías: hay todo un sector empresario dedicado al comercio de productos tangueros que tiene en su mayoría sede en los barrios porteños y que ayuda a conformar los $ 20.000 millones anuales compilados por el mencionado organismo público.

A través de un estudio efectuado por éste, en el período en que se realizó el Festival Buenos Aires Tango -del 23 de febrero al 4 de marzo pasado-, se determinó que el gasto total efectuado por los turistas fue de $ 501.331.497, de los cuales 27,8% fue destinado a compras de discos, libros y videos, 24,5% a zapatos, 23,4% a souvenirs, 9,8% a ropa de tango y 4,5% a joyas.

Otro dato interesante es que el gasto medio de los turistas en ese lapso fue de $ 326,63, lo que implica $ 112 más de lo que en promedio gastaron en 2006. Esto demostraría que la tendencia de los turistas a asistir a este tipo de eventos tangueros, así como el gasto que realizan durante su estada, va claramente en aumento.

Asimismo, según un análisis realizado por el Observatorio de Industrias Culturales que depende de la Subsecretaría de Industrias Culturales del Ministerio de Producción de la Ciudad de Buenos Aires, las actividades con mayor aporte económico son:

  • shows de tango, que representan 48% del aporte total del negocio;

  • tours del exterior y workshops especiales de tango, (13%);

  • clases de tango (10%);

  • souvenirs, arte y libros (9%);

  • radio y TV, y otros espectáculos (9%);

  • milongas (7%);

  • discos (3%). Está claro que los espectáculos conforman el sector más importante. El peso del turismo extranjero en esta actividad es determinante, al punto que aporta 70% de los ingresos de los locales dedicados a ese rubro. «Más de 85% de nuestros clientes proviene del exterior porque el turista asocia directamente al tango con Buenos Aires», dice Juan Manuel Galloso, director general de Che Tango.

    Pero no sólo de shows vive el tango: dentro de los negocios que mueve el baile porteño, y que están creciendo a paso acelerado gracias al turismo, se encuentra el de la indumentaria y accesorios tangueros. Sólo en la Ciudad de Buenos Aires existen 21 locales de ropa, 29 zapaterías y 8 joyerías que venden productos vinculados al tango.

    Ruth Form, dueña de F&G Joyas de Tango, hace 8 años que se dedica a este último rubro y cuenta que «con mi socia tomamos conocimiento de que el negocio del tango estaba creciendo y tomando gran importancia en el exterior, y como vimos que en la Argentina no existían comercios dedicados a la fabricación de joyas con diseños tangueros, nos propusimos en 2000 lanzar nuestro propio emprendimiento».

    Las joyas «arrabaleras» son buscadas con devoción por los turistas, quienes -según Formson sus principales clientes. «El turismo es nuestro fuerte. Vendemos nuestros diseños en tanguerías, hoteles y en el aeropuerto de Ezeiza», relata.

    Por su parte, los medios de comunicación no quedaron exentos de este nuevo negocio que crece día a día. Radios y canales de televisión cada vez más incorporan a su grilla programas referidos al tango. De hecho, ya hay un canal de cable dedicado 24 horas por día a ese ritmo, y el Gobierno porteño tiene en el aire una emisora, la «2x4», por obvias razones.

    Asimismo, sólo en Buenos Aires circulan 22 revistas diseñadas para los fanáticos de la música ciudadana. «Los argentinos no tienen dimensión de la importancia que tiene el tango en el mundo. De hecho, la mitad de nuestros lectores son extranjeros», comentó.

    Luz Balbuena, directora de la revista «El Tangauta», que tiene una tirada de 10.000 ejemplares por mes y que es una de las pocas que cuenta con la Certificación del Instituto Verificador de Circulaciones. «La idea de crear esta publicación surgió porque siempre me interesó el tango y noté que no existían publicaciones dedicadas al tango vivo. Sólo se escribía sobre su pasado, sobre su historia, pero no había revistas que hablaran de su actualidad. Además, nos dimos cuenta del gran interés que había sobre el tango en otros países. Evidentemente, la idea no fue mala porque hace 12 años que nuestra revista circula en Buenos Aires y en el interior, y tenemos suscriptores en países como Alemania, Francia, España y Estados Unidos, entre otros», dijo Balbuena, cuya revista es de distribución gratuita y una de las pocas del rubro que sobrevivió a la crisis económica de 2001. «En la medida en que se favorezca y aumente el turismo, crecerá el consumo de todo lo relacionado al tango», concluyó Balbuena.

    Pero la pasión tanguera creció de tal manera que hasta alcanzó ambientes donde jamás se habría pensado que se hablaría de tango y en lunfardo: el ámbito académico. Para los que no sólo quieren hacer del tango un hobby pero desean instruirse y formarse, hay en Capital Federal 19 instituciones, 23 escuelas, 20 seminarios y cursos y 9 museos.

  • Exclusividad

    «En nuestra academia damos clases privadas grupales exclusivamente para extranjeros. Los turistas vienen para aprender en qué consiste la magia del tango, para conocer los hechos más importantes que forman parte de la historia tanguera y para aprender los pasos básicos. Los atrae esta danza, que es la única que se baila de a dos sobre un mismo eje, es sensual, tiene una música atractiva, les permite comprender el cariño, el abrazo, el beso, que los latinos estamos acostumbrados a dar y ellos no. Lo toman como una terapia», asegura Jorge Araujo, gerente general del hotel temático de tango Dandi, que cuenta, a su vez, con su propia academia de tango. «Desde hace tres años más o menos el incremento del turismo impulsó la movida tanguera. Muchos jóvenes de nuestro país se acercaron al tango. Pero todavía falta que los argentinos se interesen más», opinó Araujo.

    Otra de las principales atracciones de las que participan los extranjeros son los festivales. En nuestro país hay al menos 24 por año dedicados exclusivamente al tango. Uno de los espectáculos más buscados por el turismo es Festival Buenos Aires Tango: en su novena edición, que se llevó a cabo del 23 de febrero al 4 de marzo de este año, asistieron 165.000 personas, de las cuales 43,3% eran extranjeras. En relación con el año pasado, el total de asistentes extranjeros al festival creció 15,1%, y los europeos fueron quienes más participaron (39,1% del total de los asistentes provenientes del exterior), seguidos por ciudadanos de países limítrofes y estadounidenses.

    La venta de discos es uno de los negocios más rentables que ofrece el tango en nuestro país. «Con el impulso que tuvo el tango gracias al turismo, se pasó en poco tiempo de tener 300 músicos a 4.000, que graban discos que el argentino no compra: sólo lo hacen los extranjeros. Antes, un artista de primera línea cobraba alrededor de $ 3.000 por show, hoy cobra $ 15.000. Los turistas se llevan casi 90% de la discografía tanguera que ofrecen artistas y músicos argentinos», aseguró Daniel Bounamico, secretario de Turismo de La Falda y coordinador general del Festival Nacional del Tango que se realiza en esa ciudad cordobesa desde 1965. Según el representante de uno de los cantantes más importantes del ambiente del tango local, algunos artistas llegan a pedir por una actuación esa cifra y mucho más, porque conforman grupos para acordar una base estimada de lo que cobrarán, y al hacerlo crean una suerte de «monopolio cultural». A su vez, éste aseguró que en los festivales organizados muchas veces se deja de convocar a artistas importantes, que cobran montos racionales, para contratar uno que cobra mucho más, pero que tiene una ideología similar a la de quien organiza el evento -como ser de izquierda-, lo cual le deja una ganancia adicional al organizador.

  • Ranking

    Entre los 200 primeros puestos del ranking de venta elaborado por el Observatorio de Industrias Culturales, sólo aparecen discos de dos figuras emblemáticas del tango como Astor Piazzolla y Julio Sosa, pero ninguno de Carlos Gardel.

    También crece entre los visitantes del exterior la atracción de las «competencias». En el último Mundial realizado el año pasado, de las parejas que compitieronen este certamen, 39,26% eran extranjeros, en su mayoría provenientes del continente americano.

    Asimismo, el estudio de la Subsecretaría de Turismo porteña determina que casi 97% de los visitantes extranjeros considera que la oferta cultural de la ciudad porteña es buena. «El extranjero ve en el tango la máxima calidad cultural.

    Tiene una gran historia, gran carga poética en sus letras, orquestas que incluyen instrumentos similares a los que se usan en la música clásica...», afirma Bounamico.

    Además, el funcionario cordobés asegura que «72% del turismo que ingresa a la Argentina lo hace en busca del producto tango. En cambio, en la Argentina no gusta, nunca estuvo de moda, salvo en los años 40. Hoy sólo nos gusta la plata que nos deja. Por eso, es importante que a los jóvenes se les dé a conocer el tango porque nunca van a consumir lo que no conocen y las escuelas no enseñan nada vinculado al tango, ni siquiera en las clases de música».

    El mayor problema que podría derivarse de que el negocio del tango apunta directamente a consumidores extranjeros es que el gran volumen de turismo que existe actualmente en el país se frene y, al hacerlo, decaiga su consumo, provocando la quiebra de muchos empresarios del sector. «El éxito del tango hoy es netamente coyuntural, no tiene base; si dejan de venir extranjeros, se acaba el tango», aseveró Bounamico.

    No sólo por desconocimiento o falta de «moda» los argentinos no concurren a estos shows: la mayoría de ellos están destinados exclusivamente al turismo dado que sus precios son demasiado altos para espectadores locales.

    Así, los precios de las cenasshow oscilan entre los $ 200 y los $ 250 por persona, que incluyen entrada, plato principal, postre y media botella de vino. Además, los horarios de la cena se corresponden con el habitual para los extranjeros: la comida se sirve entre las 20 y las 20.30.

    No obstante, la mayoría de los empresarios tiene una visión optimista acerca del crecimiento del turismo que impulsa el negocio tanguero y es por ello que cada vez son más los que se dedican a vender el «producto tango».
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