Encuentran huellas de un ave extinta en Río Negro que no hay otros ejemplares en el mundo

Se trata de una pisada de 40 centímetros proveniente de un ave que vivió en lo que hoy es el territorio de Río Negro.

Las huellas fosiles fueron encontradas por guardas que realizaban tareas de rutina por la costa de Río Negro.

Las huellas fosiles fueron encontradas por guardas que realizaban tareas de rutina por la costa de Río Negro.

Se encontraron las huellas fósiles de un ave gigante que habitó hace aproximadamente 8 millones de años en la costa de la Provincia de Río Negro. Este descubrimiento representa el primer registro de una especie de ave de gran envergadura conocida como "ave del terror". Las huellas fósiles fueron identificadas y se establece que forman parte de la fauna durante el período del Mioceno, época en la que los dinosaurios ya estaban extinguidos.

El descubrimiento ocurrió cuando los guardas realizaban tareas de rutina en las Áreas Naturales Protegidas Punta Bermeja, Caleta de los Loros y Pozo Salado, y encontraron huellas de casi 40 centímetros de largo del ave “Rionegrina pozosaladensis”, un ejemplar que pesaba unos 55 kilogramos, aproximadamente.

La Patagonia fue lugar donde habitó la especie extinta

Según los estudios hechos por especialistas de la Universidad Nacional de La Pampa y el INCITAP, la zona donde se encontraban las huellas fue un ambiente desértico con lagos que funcionaron como oasis y que fue un lugar habitado por las especies pertenecientes al Mioceno.

Este tipo de muestras no son conocidas en el resto del mundo y solo tienen algunas similitudes con los dinosaurios carnívoros del Cretácico Temprano, quienes se caracterizaban por usar una de las garras del pie para dominar a sus presas.

La Rionegrina Pozosaladensis es una especie argentina

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Imagen ilustrativa del Rionegrina pozosaladensis.

Imagen ilustrativa del Rionegrina pozosaladensis.

Los resultados de las investigaciones que surgieron a partir del hallazgo, determinaron que esta especie se paraba mayoritariamente por sobre dos dedos, lo que lo diferencia de los ñandúes, quienes lo hacen en tres dedos. Las aves corredoras del tamaño de la Rionegrina Pozosaladensis tuvieron una gran presencia en el territorio de lo que hoy es la Argentina.

Sin embargo, este descubrimiento fue comparado con otros restos fósiles, pero sugiere que pertenecen a una especie hasta ahora no documentada. Las "aves de la muerte" se destacaban por su capacidad para correr y por tener garras en sus patas, que les permitían cazar a sus presas, que podrían incluir mamíferos que precedieron a los carpinchos. También se pudo concluir con el análisis del hallazgo, que el ave se estaba alejando de un lago o estaba en búsqueda de una presa.

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