15 de septiembre 2022 - 11:51

Afirman que el aire contaminado puede incidir en la muere súbita

La combustión vehicular puede derivar en diversos problemas de salud, incluso en arritmias y casos de muerte súbita en adolescentes sanos.

Muerte súbita. 

Muerte súbita. 

Hospital Universitario Virgen de la Victoria

Un estudio realizado en Estados Unidos y focalizado en adolescentes determinó que la contaminación del aire puede provocar arritmias e incluso casos de muerte súbita.

Se trata del primer trabajo en vincular la combustión vehicular con adolescentes sanos, y arrojaron como resultado que incide en múltiples problemas de salud.

De esta forma, se concluyó que los adolescentes sanos son más propensos a tener latidos cardíacos irregulares después de respirar partículas de aire contaminadas, en especial en las grandes ciudades. Esta situación "puede generar arritmias y hasta contribuir a una muerte cardíaca súbita", se advirtió.

El trabajo fue publicado en el Journal of the American Heart Association, por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad Estatal de Pensilvania, quienes llevaron adelante un estudio en 322 niños considerados saludables.

Los investigadores controlaron la actividad cardíaca y el aire que respiraban más de 300 adolescentes sanos durante períodos de 24 horas. Allí pusieron la atención sobre las concentraciones de partículas finas llamadas PM2.5 o partículas de menos de 2,5 micrones.

Los gases de escape y la combustión de los vehículos en las industrias de fabricación y construcción son una fuente importante de PM2.5. El estudio halló que las concentraciones más altas de este tipo de partículas en jóvenes sanos aumentan el riesgo de latidos cardíacos irregulares durante las próximas dos horas. El efecto ya se había hallado con anterioridad en adultos mayores antes.

El trabajo es el primero en vincular la contaminación del aire por PM2.5 y las arritmias cardíacas entre adolescentes sanos. Una vez inhaladas estas partículas, pueden penetrar profundamente en los pulmones e incluso en los vasos sanguíneos, donde causan la inflamación que provoca la enfermedad, advierten los investigadores.

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