¿Qué se puede hacer para erradicar la violencia simbólica específicamente en los ámbitos laborales?

Grow lanzó una campaña anual de sensibilización. Difunden la manera en la que se pueden lograr espacios de trabajo inclusivos y libres de violencia.

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En Argentina, la Ley 26.485 de Protección Integral a las Mujeres establece diferentes tipos de violencia que se ejercen contra ellas, dentro de las cuales define en su artículo 5 a la violencia simbólica como aquella "que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales, naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad". Desde Grow invitamos a reflexionar qué se puede hacer para erradicar la violencia simbólica hacia todas las personas, específicamente en los ámbitos laborales.

Visibilizar el problema

La fuerza de la violencia simbólica radica en su “invisibilización”, es decir, tiene su expresión en el lenguaje, en los comportamientos y las representaciones culturales que percibimos como naturales dado que las hemos internalizado en nuestro proceso de socialización. En todos los espacios donde las personas nos desarrollamos circula la violencia simbólica, en este sentido los espacios de trabajo no son ajenos.

Cabe destacar que estas situaciones las sufren principalmente las mujeres, las personas de otras identidades de género e integrantes de grupos más vulnerables como por ejemplo las personas con discapacidad y las personas migrantes, entre otras; y puede afectar la productividad laboral y el desempeño, dificultar el trabajo en equipo, generar ausentismo y contribuir a aumentar la rotación de personal.

Las personas que padecen violencia simbólica deben enfrentarse diariamente a cuestionamientos, menosprecios, burlas, chistes y discriminación en los espacios laborales. Desde Grow, Género y Trabajo consideramos que las organizaciones pueden ser agentes de cambio para cortar esta cadena.

¿Cómo realizarlo?

Los y las líderes tienen un papel fundamental en la detección, visibilización y transformación de estas realidades, ya que pueden contribuir a reconocer el problema, buscar alternativas para cambiar esta realidad y transformar la cultura de la organización.

Es prioritario revisar, entre otros aspectos, el contenido de políticas, protocolos, manuales, comunicaciones de las organizaciones, así como también escuchar a los y las colaboradoras, para poder identificar puntos de mejora en los diferentes procesos organizacionales como la selección del personal, la asignación de cargos jerárquicos, la distribución de tareas, etc. Comprendiendo también, que dentro del abordaje de la violencia simbólica el género ocupa un rol fundamental.

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El camino es la transformación cultural

Desde Grow, Género y Trabajo consideramos que trabajar en la erradicación de la violencia simbólica es primordial para terminar con todas las violencias que se producen en el marco de las relaciones laborales. El desafío se encuentra en la desnaturalización y cuestionamiento de las prácticas y comportamientos que vivimos diariamente en los espacios laborales donde se legitima la diferencia como desigualdad y los estereotipos y roles de género tradicionales. Por lo tanto, nuestra invitación consiste en desafiar los límites y animarse a romper moldes entendiendo que todas las personas tenemos derecho a trabajar en ambientes libres de violencia.

¿A través de qué acciones?

Sensibilizarnos y formarnos en cómo concebimos la violencia en el marco de los ámbitos laborales es el primer paso, para luego poder establecer planes de acción que nos inviten a realizar diagnósticos que nos sirvan para conocer nuestro punto de partida, para construir herramientas tales como políticas de tolerancia cero a la violencia, protocolos y campañas de comunicación que acompañen la difusión de este compromiso.

Coordinadora del área de violencia laboral Grow, género y trabajo

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