Hoy comienza la primera reunión del año del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC por su sigla en inglés) de la Reserva Federal de Estados Unidos, que culminará mañana con una nueva definición sobre el rumbo de su política monetaria en 2023. En el mercado, crece la expectativa de que la autoridad monetaria decida continuar ralentizando el ritmo de suba de tasas, posicionando sus proyecciones en un aumento de 25 puntos básicos, ante señales positivas de desaceleración inflacionaria.
La Fed define una suba de tasas más acotada: mercados expectantes por el sendero 2023
La autoridad monetaria evalúa continuar ralentizando el ritmo de suba de tasas, posicionando sus proyecciones en un aumento de 25 puntos básicos.
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El sendero contractivo de la Fed comenzó en marzo de 2022, cuando dispuso un incremento de 25 puntos básicos en una tasa de política monetaria que estaba cerca del 0. En mayo, elevó la tasa 50 puntos básicos. Luego, en las reuniones de junio, julio, septiembre y noviembre los aumentos fueron de 75 puntos básicos. El giro hacia una moderación se dio en la reunión de diciembre, cuando la autoridad monetaria decidió elevar 50 puntos básicos la tasa. Actualmente las proyecciones señalan que la entidad presidida por Jerome Powell continuará suavizando su política monetaria, aunque se espera una continuidad en su política contractiva.
Joaquín Candia, Portfolio Manager en Toronto Trust, señaló que “el consenso de mercado es que la autoridad monetaria subiría la tasa 25 puntos básicos, quedando la misma en niveles de 4,75%”. En esa línea, desde Balanz destacaron que “el mercado proyecta una trayectoria algo más benigna para la tasa de política monetaria que la estimación de los miembros de la Fed a diciembre”.
“La inflación menor a lo esperado desde octubre y algunos indicadores de actividad mostrando menor dinamismo a lo proyectado llevaron al mercado a incorporar recortes incluso en 2023. Nosotros somos de la idea de que la tasa de política monetaria permanecerá en 5% durante 2023 y recién la Fed reducirá su tasa rectora en 2024. Teniendo en cuenta que la apertura de China podría volver a presionar a los precios de los commodities, la convergencia inflacionaria podría empezar a volver a verse amenazada en los próximos meses, con lo que vemos espacio a que esto sea incorporado en los precios de los activos y que, por lo tanto, las condiciones financieras vuelvan a deteriorarse”, se explayaron desde esa sociedad de bolsa.
“La Reserva Federal muy probablemente desacelere el ritmo de subas en la tasa de política monetaria a 25 puntos básicos. Los datos económicos parecen ir reflejando el impacto del ajuste monetario y los comentarios de los mismos funcionarios de la Fed apuntan en esa dirección. Sin embargo, al igual que en diciembre, esperamos que el comunicado envíe señales de una política monetaria restrictiva por un tiempo prolongado” apuntaron desde Balanz.
Por su parte, Juan Troncoso, director en Quinto Inversiones planteó: “Actualmente el mercado está priceando demasiado optimista. Probablemente la inflación continúe desacelerándose de forma progresiva pero no creo que la tasa comience a bajar dentro de seis meses, tal como prevén los futuros de la Fed. Vale destacar que el mundo continúa atravesando un cambio en las cadenas de suministro por la guerra, lo que condicionará las decisiones de inversión durante décadas”.
Impacto en emergentes
Juan Alra, Portfolio Manager en Southern Trust TPCG GROUP, remarcó que “el incremento de las tasas de la Fed tiene externalidades en el resto del mundo, sobre todo en los emergentes por el canal financiero y por el lado del canal comercial”.
Al respecto, amplió: “La posible apreciación del dólar encarecería los artículos importados y podría generar una baja en los commodities a nivel mundial, lo que dificultaría tener la balanza comercial en los niveles actuales ya que tenemos prácticamente la totalidad de las exportaciones vinculadas a la agricultura (21,1% materias primas de agricultura más 38,9% de manufactura de origen agropecuario). A este escenario, se le suma la sequía en Argentina. Esto implica que los dólares van a ser más escasos. Esto aumenta el costo para acumular reservas y así poder cumplir las metas del FMI. Por el lado financiero, los activos en dólares serían más atractivos y provocaría una salida de fondos de los países emergentes hacia los desarrollados pero profundizado en nuestro caso por las restricciones que tiene argentina para financiarse en el mercado mundial”.
“El panorama argentino podría verse favorecido si China volviera a entrar en escena aumentando la demanda de los commodities en especial relacionados a la agricultura. No obstante, podría desatar una inflación aún más difícil de controlare en el primer mundo”, matizó Alra.
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