En pleno barrio de Palermo, detrás de los muros de una casona de 1923 declarada Monumento Histórico Nacional, funciona un restaurante que sorprende por su capacidad de detener el ritmo porteño. El Restaurant Museo Evita, ubicado en la planta baja del edificio que también alberga el Museo Evita, se consolidó como uno de los rincones más apacibles del barrio: un refugio gastronómico donde la historia y el verde construyen una experiencia distinta.
Restaurant Museo Evita: un oasis urbano donde el patio es el alma del lugar
La experiencia se puede disfrutar en una casona de 1923, con un patio lleno de encanto que une historia, espacios verdes y buena cocina para crear uno de los refugios más singulares de Palermo.
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Restaurant Museo Evita, un refugio gastronómico donde la historia y el verde construyen una experiencia distinta.
Dirección: Juan María Gutiérrez 3926, Palermo.
El gran protagonista es su patio exterior, un espacio que conserva el espíritu original de la casa. Con su piso de damero blanco y negro, su mobiliario de jardín y la brisa y la sombra natural que dan los árboles, el lugar transmite una calma inusual para la zona. Al caer la tarde, las luces cálidas transforman el ambiente en un pequeño oasis urbano que invita a quedarse, conversar y disfrutar sin apuro. Esa combinación entre naturaleza, aire libre y arquitectura histórica convierte al restaurante en un destino ideal para almorzar, merendar o cenar en cualquier época del año.
La propuesta gastronómica se acompaña con una carta que combina cocina argentina y guiños mediterráneos, sostenida por un trabajo artesanal en cada preparación. Destacan las pastas caseras, como los sorrentinos de calabaza con crema de queso azul o los spaghetti nero di seppia con langostinos; los risottos, entre ellos el de hongos, uno de los más pedidos; los platos de carnes y pescados, como el abadejo con salsa romesco, y las milanesas de bife de chorizo, que se ofrecen en versiones clásicas, napolitana o riojana. Para las meriendas, brillan las tortas caseras —especialmente la cheesecake de frutos rojos—, los sándwiches en ciabatta y el café Nespresso.
Dirección: Juan María Gutiérrez 3926, Palermo.
Sumado a la experiencia gastronómica, la visita se completa con la posibilidad de recorrer el Museo Evita, una escala cultural que enriquece la propuesta y vuelve al restaurante un destino perfecto para quienes buscan algo más que una buena mesa. Con su equilibrio entre historia, calma y sabor, el Restaurant Museo Evita demuestra que en Buenos Aires todavía quedan rincones capaces de ofrecer una pausa real en medio del movimiento. Un lugar para volver, descubrir y disfrutar de la ciudad desde otro ritmo.
Dirección: Juan María Gutiérrez 3926, Palermo.
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