Acaso uno de los platos más buscados de la gastronomía de España, la paella tiene su día desde hace cuatro años: el 20 de septiembre, celebración del Día Mundial de la Paella.
Un viaje culinario a lo mejor de la cocina catalana y Mediterránea
Dentro de una verdadera joya arquitectónica de fines del siglo XIX, el restaurante de El Casal de Catalunya ofrece tres opciones de paella, entre otras delicias en porciones abundantes para compartir.
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Emblema de Valencia, también conocida por las fallas, las playas mediterráneas y la ciudad de las artes y las ciencias, en la ciudad, los valencianos comparten el plato y la elaboración con otros países, para elegir al campeón paellero. Se eligió septiembre porque es el mes más importante en el cultivo del arroz, cuando se realiza la siega (la cosecha), principal ingrediente de la paella.
En sus orígenes, los ingredientes eran las aves, el conejo de campo o liebre, las verduras frescas que se tuvieran al alcance, arroz, azafrán y aceite de oliva, que se mezclaban en la paella (paella es el recipiente donde se la prepara, o sea la sartén) con agua y ramas de naranjos. Todo se cocinaba a fuego lento.
De hecho, en sus comienzos, llegó a estar compuesta simplemente por arroz, harina y leche de almendras. Una receta que poco a poco fue enriqueciéndose, añadiendo otro tipo de ingredientes de los que disponían los campesinos, todo por supuesto cocinado a fuego lento y con leña, concretamente con madera de naranjo.
El restaurante
Samuel Luque, dueño y chef del Casal de Cataluña, fue buscando en Buenos Aires donde comer la mejor paella y como no encontró una que lo convenciera del todo decidió hacerla él mismo. Por eso toma las riendas del Casal. Hoy el restaurante de origen catalán tiene tres tipos de paellas para compartir.
El restaurante el Casal de Catalunya funciona dentro de una verdadera joya arquitectónica de fines del siglo XIX en pleno barrio de San Telmo. Su carta es un viaje culinario a lo mejor de la cocina catalana y Mediterránea.
Hoy el local ofrece una variedad de platos típicos como la tortilla, el cochinillo, pimientos del piquillo rellenos, caracoles al sofrito de tomate, gran variedad de pescado y postres como la crema catalana entre otras delicias. Pero sin dudas, la paella es el plato más pedido y uno de los emblemas de su cocina.
Orígenes de la paella
Según los expertos, surgió en las zonas rurales de Valencia, entre los siglos XV y XVI, por la necesidad de los campesinos y pastores de una comida fácil de preparar y con los ingredientes que tenían a mano en el campo. Siempre la comían por la tarde.
En sus orígenes, los ingredientes eran las aves, el conejo de campo o liebre, las verduras frescas que se tuvieran al alcance, arroz, azafrán y aceite de oliva, que se mezclaban en la paella (paella es el recipiente donde se la prepara, o sea la sartén) con agua y ramas de naranjos. Todo se cocinaba a fuego lento. De hecho, en sus comienzos llegó a estar compuesta simplemente por arroz, harina y leche de almendras. Una receta que poco a poco fue enriqueciéndose, añadiendo otro tipo de ingredientes de los que disponían los campesinos, todo por supuesto cocinado a fuego lento y con leña, concretamente con madera de naranjo.
Una teoría romántica cuenta que, un hombre preparó paella para su novia para ganar su cariño. En español, paella puede ser una derivación de la frase “por ella” o “para ella”. Aunque esto pueda ser sólo una bonita historia, hay algo de verdad, ya que en España generalmente cocinan las mujeres, sin embargo, la paella es tradicionalmente un trabajo de hombres.
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