14 de septiembre 2022 - 00:00

Gustavo Idígoras: “Lo ideal es que haya un solo tipo de cambio y que sea previsible”

El presidente de CIARA-CEC destacó el impacto positivo del “dólar soja” en las ventas y en la liquidación. Además, criticó a quienes cuestionaron el accionar de los exportadores.

Gustavo Idígoras

Gustavo Idígoras

Gentileza Campo en acción

A días de la puesta en marcha del incentivo a la liquidación conocido como dólar soja, que permite vender a una cotización cambiaria de $200, Gustavo Idígoras destacó como “muy positivo” el primer impacto en el flujo de ventas de granos y en el ingreso de divisas. En diálogo con Ámbito, el presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (CIARA-CEC) dijo que “la semana pasada fue de las mejores en el último tiempo”, aunque planteó que “tampoco es suficiente”. En ese sentido, remarcó que “el escenario ideal es que haya un solo tipo de cambio”.

Periodista: ¿Qué balance hace el sector exportador hasta ahora con el nuevo esquema llamado dólar soja?

Gustavo Idígoras: Tuvimos una primera semana muy positiva en cuanto al flujo de ventas, con 4,3 millones de toneladas, algo que es récord histórico. Durante todo el mes de agosto recibimos 1,8 millones, como para hacer una comparación. En cuanto al ingreso de divisas -lo más importante para el BCRA- llegamos a los u$s2.200 millones. En una semana se logró la liquidación de un mes completo. Ahora veremos cómo evoluciona el resto del mes.

P.: ¿La medida que se tomó en la Argentina tuvo impacto global?

G.I.: Sí, llamativamente, porque en general lo que ocurre en Argentina durante septiembre, octubre o noviembre no afecta los precios internacionales. Esta es la fecha de lo que se llama “mercado climático de Estados Unidos” por el momento de la campaña, sin embargo, ante esta medida del Gobierno argentino, desde Chicago miran todos los días el comportamiento de ventas de los productores y eso impactó a la baja en el mercado. Hubo un flujo mayor, con un volumen inesperado para el mercado mundial. Ahora el mundo sabe que Argentina va a poder exportar más harina, más aceite, más biodiésel y más poroto de soja, entonces el mercado se anticipa a ese flujo de los próximos meses y caen un poco los precios. Nosotros le habíamos anticipado al Gobierno que podría haber un efecto internacional, pero más allá de eso destacamos el ingreso de dólares que son tan necesarios.

P.: ¿Por qué cree que un sector del agro fue muy crítico con los exportadores durante la primera semana?

G.I.: Algunos referentes o supuestos representantes dijeron que esto no iba a funcionar y que era una locura. Hablaban de fracaso. Creo que esa posición, opinando desde el escritorio es fácil pero, cuando uno está en el mercado, se da cuenta de que muy pocos productores escuchan a esas personas que hablan todos los días, porque claramente los productores tomaron decisiones de venta. Quienes criticaron hicieron cálculos teóricos desde su oficina, sin tener en cuenta la relación de Chicago, la prima argentina, la posición de los embarques, la cantidad de barcos, los costos logísticos. Hicieron cálculos como si ellos vivieran en Nueva York y vendieran en Chicago.

El precio del mercado es la puja entre oferentes y demandantes. Comenzó variando y fue desde $72.000 hasta $68.000. Conozco exportadores que ofrecieron $67.000 y nadie les atendió el teléfono. Tuvieron que pagar $69.000 para comprar. Esto es el mercado y creo que es lo mejor, porque somos un sector que pedimos que el estado no intervenga pero, si no nos gusta cómo funciona el mercado, terminamos pidiendo que haga algo para corregirlo. Es incoherente. Si estamos convencidos que podemos crecer, ir hacia adelante y producir más sin intervención del estado tenemos que defender eso en todo momento.

P.: ¿Cambió el panorama industrial tras el mayor ingreso de materia prima?

G.I.: Estábamos muy preocupados porque tenemos programas de exportación abiertos con compromisos de venta y eso nunca puede fallar, porque caer en default con un contrato es peor que hacerlo con una deuda, nunca más te compran y se van a comprar a Brasil o Estados Unidos. Ahora el flujo de ventas mejoró y nos da una dinámica diferente en los puertos.

P.: ¿Cuánto más podrían procesar con la capacidad instalada actual?

G.I.: En nuestras fábricas se pueden procesar 67 millones de toneladas cuando la producción local es de 44. Si hacemos un promedio podríamos procesar entre 5 y 6 millones de toneladas por mes, pero incluso con la capacidad de almacenamiento que hay se podría aumentar un poco más. Con este esquema, la soja se está comprando en septiembre, pero va a tener distintos momentos de entrega durante octubre y noviembre por cuestiones logísticas. De hecho, tuvimos algunos reclamos de jefes comunales de la zona de los puertos por la cantidad de camiones. Esto es parte del movimiento económico, porque más camiones es más trabajo.

P.: ¿Cuál sería el esquema de comercio ideal para los productores, la industria y la Argentina?

G.I.: El ideal es aquel escenario en el cual tenemos un sólo tipo de cambio, porque el que vende algo que está atado al valor dólar -como la soja, el maíz o el trigo- luego tiene que reponer insumos. Entonces, si su poder de compra no es igual al poder de venta, o reduce la producción (menos inversión) o intenta tenerlo almacenado todo lo que pueda hasta tanto ver si hay o no un proceso de devaluación. Lo mejor es un sólo tipo de cambio y que sea previsible en el tiempo. En Argentina convivimos con muchos tipos de cambio y eso no es bueno. El gobierno lo sabe, Massa mismo nos lo dijo en varias reuniones, pero también hay una realidad que administrar ante la falta de reservas que tiene el BCRA. La semana pasada fue de las mejores en el último tiempo, pero tampoco es suficiente.

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