Acusado de crímenes de lesa humanidad, presidente de Kenia
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Kenianos salieron a festejar tras el conocimiento de los resultados electorales.
También se pronunció en esa línea Estados Unidos. "Urgimos enérgicamente a todas las partes y a sus partidarios a resolver pacíficamente cualquier disputa sobre el anuncio de hoy de la Comisión electoral independiente a través del sistema legal keniano, más que en las calles", dijo el Secretario de Estado John Kerry.
Kenyatta obtuvo la victoria pese a estar imputado por la CPI por crímenes contra la humanidad supuestamente cometidos durante la violencia postelectoral de finales de 2007 y principios de 2008, que causó unos 1.300 muertos. A tenor de su holgada victoria, esa circunstancia no ha desalentado al electorado, aunque está por ver cómo compatibilizará su responsabilidad presidencial con el juicio de la CPI. El tribunal fijó este jueves para el próximo 9 de julio la fecha provisional de apertura del juicio contra Kenyatta, que estaba prevista, en un principio, para el 11 de abril.
Además, diplomáticos de la Unión Europea, el Reino Unido, Francia o EEUU han dejado entrever que Kenia podría afrontar "consecuencias" y que sólo mantendrían un "contacto mínimo" con un Gobierno encabezado por Kenyatta. Kenia se convertirá en el segundo país, después de Sudán (con Omar al Bachir), dirigido por un presidente en activo que afronta un juicio en la Corte de la Haya.
El anuncio de los resultados definitivos puso hoy fin a días de incertidumbre en el país, donde la impaciencia se acrecentaba a medida que pasaba el tiempo sin terminarse el recuento. El nerviosismo se acentuó después de que la IEBC decidiera el pasado miércoles reiniciar el recuento de votos manualmente por los fallos del sistema electrónico.
Más de 14 millones de kenianos estaban llamados el pasado lunes a participar en unas elecciones generales cuyo último precedente eran los comicios de diciembre de 2007, en los que las acusaciones de fraude electoral desencadenaron una ola de violencia tribal. Para evitar una repetición de esos violentos incidentes, los comicios del pasado lunes estuvieron vigilados por unos 99.000 policías y numerosas misiones de observación electoral, entre ellas de la Unión Europea (UE) y del estadounidense Centro Carter. Ambas instituciones valoraron el pasado miércoles positivamente el desarrollo de las elecciones y la alta participación.
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